El Asesino Chirigotero

Era un asesino con un punto gracioso. Ya sabéis, mataba, claro, pero no podías evitar sonreír con sus ocurrencias. A veces era del todo imposible contener una carcajada más de unos segundos. Qué hombre... el arma todavía estaba caliente, la sangre fresca y tú temblabas porque podrías ser su próximo objetivo, y el tío te salía con un comentario que te sacaba de la situación... no sé cómo explicarlo, pero si en ese momento decidía matarte la policía encontraría tu cadáver con una cara de cachondeo completamente improcedente.

La policía lo llamaba el "Asesino Chirigotero" porque siempre dejaba un pito de carnaval junto a sus víctimas. Cada vez de un color. Así era él. Un puntazo de tío. Una vez, mucho antes de que lo cogieran, se cargó a unas monjas que paseaban tranquilamente por la calle porque, como dijo en el juicio, "trataban de ridiculizar, sin éxito, la maravillosa actuación de Michael Keaton en Batman y Batman Vuelve, piripipiiiiii (esto lo hacía con su pito chirigotero)". El jurado no le rio la broma, dijeron los periódicos, pero sé de buena tinta que alguna media sonrisa se dejó ver en alguno de los presentes.

Desde que entró en prisión, su mito no hizo más que crecer. A los pocos meses se publicó un libro con sus crímenes, "Morir con gracia: historia de un asesino". Luego salió el comic, el muñeco articulado y la película, "The funny gaditan killer", protagonizada por Fernando Tejero y dirigida por Almodóvar, y que fue todo un éxito.

Por delante le quedan muchos años de cárcel. Eso sí, sus fans seguiremos siéndole fieles. El mes que viene organizamos, y estáis invitados, el V Encuentro de Chirigotas "Funny Killer" en Cádiz. ¡Pasaos por allí!

Shock navideño

25 de diciembre, 8.00 am

Millones de niños en el mundo saltan de la cama en busca de sus regalos. Algunos ni han podido dormir pensando en la rechoncha figura de Papá Noel dejando los paquetes bajo el árbol. Corren como posesos imaginando mil posibles sorpresas... menos la real, la auténtica sorpresa: Papá Noel no ha pasado por su casa.

25 de diciembre, 9:00 am

Después de los llantos, los gritos, los padres que se despiertan y ven aquello, vienen las respuestas. La noticia sale en televisión. Todas las familias prestan atención al locutor, sentados en sus sofás, todavía en pijama, todavía con lágrimas en los ojos.

"Lamentamos confirmar a nuestros espectadores la terrible noticia que nos ha conmovido a todos hoy. Papá Noel... ha muerto. Las circunstancias aún no se conocen del todo. La policía ha abierto una investigación, pero podemos adelantarles, basándonos en fuentes fidedignas, que al parecer el bonachón Noel andaba metido en negocios poco claros que han podido ser la causa de su muerte. Un detalle que acabamos de conocer nos hace creer que sus asesinos pertenecen a la mafia italiana, y es que, por duro que sea oírlo, su cuerpo ha sido hallado en el fondo del río Hudson con los pies aprisonados en cemento rápido."

25 de diciembre, 12.00 am

Los niños preguntan a sus padres y éstos no saben qué decirles. Cómo explicar a un niño algo así. No existe forma posible de... Papá, mamá, qué ha pasado... Ante esta situación traumática para los niños del mundo, las autoridades ha recordado a la población la posibilidad de recurrir a los servicios de los Reyes Magos. Inmediatamente millones de emails y cartas han sido remitidas a sus majestades de Oriente. Los niños, aunque todavía descolocados por la situación, han visto con buenos ojos este giro de los acontecimientos y algunos ya se han comprado coronas de plástico y barbas de rey mago. Los Reyes Magos, por su parte, han lamentado la muerte de su competidor navideño y agradecido a la gente se haya acordado de ellos, aunque por tan terrible razón. En su comunicado declaran querer estar a la altura de las circunstancias y cumplir con su cometido a pesar del poco tiempo del que disponen para prepararlo todo.

Gato apestoso

Sara está reseca mientra toca la guitarra. A Abril le preocupa un montón, sí tío. Pero que yo no estoy reseca, dice Sara. Jl dice que Sara está triste y que la cuidemos. Pero un triste bien, no mal, jaja. Gilipollas. Sara, nos tocas algo. Voy. Y Sara se arranca con un punteo de máxima dificutad. Dejadme, que es mi primer día, dice Sara. Pum, pam, pim, pam, suena la guitarra. Cuántos años tiene tu guitarra. Más que el hambre. La mía tiene una muesca. Pim, pam, pum, dice Sara con la guitarra. Os acordáis o no, de los numericos que venían en las cintas de grabar, los cassettes, venían numericos con pegatinas, y yo me los pegaba en los trastes para saber... Pim, pam, pum, dice Sara con los dedos, y se ríe, porque acaba de componer un hit. Ja, ja, ja. Pim, pim, pam. Abril critica a Sara. No sabes, no sabes, suena mal porque pones el dedo mal. Se ríen, pero Sara odia Abril por meterse con ella. El Barça ha perdido y hemos hecho una ecuación: ojete. Sara sigue con su melodía, pim, pam, pum, estamos hartos de su canción. Abril habla en inglés de su pueblo que no entiende ni su puta madre. Sara improvisa por agudos: pim, pim, pim. Está que se sale. Mañana, concierto en Libertad 8. No vayáis, por favor. Sara está muy verde, es guitarreo gutural. Pim, pim. Abril exige a Sara que toque algo comprensible. Sara pasa. Canta Gato apestoso... la cantamos.

El regalo

El coche seguía allí cuando aquella noche volvió con su hermano Lucas. Era un ford fiesta morado, viejo como el mundo. Mira, cani, le dijo al chaval, aquí está tu regalo. El niño miró el coche con los ojos como platos. ¿Es... es para mí?, dijo el niño, tiritando y soltando una vaharada. Rober le había prometido una sorpresa por su decimocuarto cumpleaños y allí la tenía: un coche todo para él. El mayor de los hermanos se acercó a la puerta del conductor y hábilmente forzó la cerradura. Abrió la puerta y señaló el interior invitando así a entrar a Lucas. Allí dentro olía a tabaco, a campo y a frío invierno. El pequeño agarró el volante y lo movió a un lado y a otro, como si así el coche se tuviera que dar por enterado de que tenía que arrancar. Aparta, dijo Rober haciéndose sitio en el asiento del conductor. Acercó el asiento al volante, metió las manos bajo el volante y de un tiró arrancó una tapa de plástico. Entonces sacó unos cables y tras unos chasquidos el motor del coche respondió con un rugido tuberculoso. Todo tuyo, nen, dijo sonriendo, y se cambió con Lucas para que éste se hiciera con el volante. ¿Sabes cómo va, verdad?, preguntó sabiendo ya la respuesta, sí sí, Rober, respondió el cumpleañero, que metió primera, y aquello echó a andar.

'Hasta los huevos' navideño

Del señor gordo de barba que parece trepar hasta la ventana de mi vecino
Del frío, del calor, del frío, del calor, de estornudar, toser y moquear
De los calcetines insuficientes,
Del autobús azul que te lleva a ver las luces,
Hasta los huevos estoy.

De las noticias de la tele:
"El turrón más guay,
El juguete más chungo,
La dieta navideña para no explotar,
El mensaje del rey,
La capa de Ramón García,
La promoción del móvil".
Hasta los huevos estoy.

De los perfumes, para hombre, para mujer, para todiós,
De la lotería, que toca seguuuro,
De las muñecas Bratz,
De Baltasar (y de Melchor y de Gaspar también, para que no me llamen racista),
Hasta los huevos estoy.

De este blog.
Hasta los huevos estoy.

En el asfalto

El cielo abajo y el asfalto arriba. Abajo el cielo, bajo los pies, limpio de nubes y casi infinito. Un pájaro vuela a lo lejos, encabezando una bandada. Agarro con fuerza el asfalto, respiro intensamente y lleno mis pulmones de ceniza. Creo oír una voz, como otras veces, y como otras veces, como todas las veces, es mi propia voz en un susurro que sólo yo puedo oír. Quiero callar pero ni de eso soy capaz. Vuelvo a mirar abajo. Un avión pasa con su ruido ensordecedor y por unos segundos dejo de oírme, y eso me hace sonreír. Hundo los dedos en el asfalto, duro y blando, y sigo esperando.

Me he dormido, como pasa algunas veces. Me miro las manos, que ya casi no tocan el asfalto, sólo las puntas de los dedos me mantienen. Doy un tirón y las vuelvo a hundir, hasta la muñeca esta vez. Aguantarán un rato hasta el siguiente tirón. Va a llover.

730 días

11 del 12 de 2005
+ 11 del 12 de 2006
+ 11 del 12 de 2007
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Première

Sobre el escenario un hombre con una sierra mecánica Hud-son modelo Oscar de 18 pulgadas, roja. Viste, el hombre, una falda escocesa y una camiseta del Rayo Vallecano. Sujeta la sierra con la mano derecha y lentamente lleva el dedo índice de la izquierda al botón de encendido. Al momento, las cuchillas de la sierra empiezan a moverse y un ruido ensordecedor llena la sala. Algunos entre el público se levantan de sus asientos y se van. El resto mira fijamente al hombre de la sierra y espera. Un señor calvo se ha quedado dormido en la tercera fila. El hombre del escenario deja la sierra mecánica encendida sobre una especia de portasierrasmecánicas que hay a su lado y se quita la camiseta. Su pecho queda al descubierto. Tiene algunos pelillos y una cicatriz de cuando le quitaron el apéndice. Diez o quince personas se levantan y se van. Quedan otras tantas y el hombre dormido, que sigue dormido. El hombre del escenario vuelve a coger la sierra mecánica y se la lleva a la pierna. El ruido se hace más desagradable cuando la sierra amputa la pierna izquierda del hombre. La sangre salpica en todas direcciones y el hombre se mantiene a pata coja mientras grita de dolor. Sus gritos se mezclan con los del público que se va corriendo a excepción de tres personas y del señor dormido. Los tres supervivientes aplauden enfervorecidamente. El hombre agradece con gestos el aplauso de sus tres fieles seguidores, que resultan ser su madre, su padre y su hermano pequeño. El hombre dormido resulta estar muerto.

Otra vez?

Cuando todo acabó a Martín se le ocurrió que podríamos empezar otra vez, con eso de las cuevas, la caza, el cultivo, la artesanía y las pinturas rupestres, tener una numerosa prole, inventar nuestro propio idioma lleno de gruñidos y tirones de pelo, enfrentarnos a otras tribus por el dominio de la tierra, crear aldeas y luego ciudades, intercambiar productos y luego usar dinero, dominarnos los unos a los otros y avanzar en la ciencia hasta convertirnos en una civilización acomodada lastrada por la religión, la ambición y los prejuicios. A los demás nos pareció una tontería, y seguimos tumbados al sol.

Fin de la huelga

Al haberse solucionado la incidencia en blogger sobre el asunto lingüístico anteriormente mencionado y tras certificar el acuerdo unánime del comité sindical (formado por una sola persona, esto es, yo), procedo a finalizar la huelga: la veda lapera queda nuevamente abierta.

Hala... a darle al tema.

En huelga

No sé por qué, pero el menú de mi blogger se ha puesto en inglés y ahora no lo entiendo, así es que dejaré de lapear hasta que todo vuelva a la normalidad en protesta por el golpe reaccionario de este servidor de blogs contra mi identidad lingüística.

Hasta entonces, amigos,
y gracias por leerme.

Okr.

Leemos poco, mal

Fatal fatal fatal. Nos tienen ke benir a decir de fuera que aki no leemos ni na ni sabemos escrivir ni ostias. Lo niños na mas que jugar a la consola y hacerse pajillas. y ver la tele. Muy muy mal.

Las rocas hablan

Las rocas hablan. El otro día un amigo nos lo enseñó, aunque es cierto que algunos al principio no prestamos demasiada atención. Quizá en ese momento nos importaba poco si la roca nos hablaba o si decidía convertirse en un sandwich gigante de tomate, lechuga y pepinillo y ponerse a bailar una mazurca. No obstante, pusimos la oreja bien pegada a la roca siguiendo las precisas instrucciones de nuestro gurú. La roca fría y mohosa sobre la oreja caliente y roja. Casi quemaba.

Al principio la roca no dijo nada. Más tarde pensé que sí que estaba hablando pero que no podíamos oírla por el ruido de nuestras respiraciones agitadas, por el roce de la oreja sobre la superficie, por los comentarios que unos y otros hacían mientras la roca intentaba hacerse entender. Cuando nos fuimos callando, cuando nuestra respiración se relajó y pudimos concentrarnos en la roca, la escuchamos.

"Soy una roca, soy una roca, soy una roca, soy una roca... si tuviera piernas os patearía y saldría corriendo... si tuviera manos os aplastaría contra mis hermanas rocas... soy una roca, soy una roca, inerte, ciega, sorda y muda, y si me estáis oyendo es que habéis chupado las bolitas esas que hay en aquel arbusto que parece enebro pero que de enebro no tiene nada sino que es una rara variedad de, pum pum pum, ya ya, luuucy in the skyyyyy, y qué colores más bonitos tiene esa flor, ¿verdad?".