Agosto
A veces haces y no eres consciente. No sabes lo mucho que pueden afectar tus acciones a los demás y, sobre todo, a ti mismo. Quizá esto último es lo más difícil de ver; mucho más sencillo sin duda es ver en las caras ajenas una reacción, a veces una secuela, el gesto que te dice que has hecho bien, mal o muy mal.
Este medio año pasado ha estado lleno de acciones con consecuencias, positivas las menos, creo, por ahora. Quizá con la lejanía la objetividad aparezca, aunque lo dudo.
Este año he hecho daño a gente, creo que mucho más que el año pasado. Parece que lo que faltó por hacer el anterior, se acumuló en la agenda del corriente y de tal densidad amenaza con convertirme en una mala persona, al menos ante los demás. Ante mí es más difícil, ya dije que examinarse es más complicado que examinar.
Siendo optimista, me queda medio año para hacer el bien; siendo yo, medio año para cagarla más y mejor.
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