Neo será otro

Keanu ha dicho basta. Él no será Neo si se hace una cuarta entrega de Matrix. Es por ello que propongo aquí unos cuantos posibles sustitutos:

1. Kurt Russell
2. Roberto Benini
3. Dustin Hoffman
4. Javier Cámara
5. Mickey Rourke
5. (mi favorito) Brandon Lee (por ordenador, claro)

Pataleta músico-teatral

(suenan unas maracas)
(el hombre vestido de maraca sale al escenario, le pesa la cabeza)
(suena una guajira o algo así)

Se acaban las vacaciones.
Las maletas vuelven al armario.
Mañana curro y tengo frío.
No es justo.

Sonará el despertador y lo odiaré.
No es justo.

¡Hostiapijohuevos!
¡Hostiapijohuevos!
¡Hostiapijohuevos!

Se acaban las vacaciones.
Las maletas vuelven al armario.
Mañana curro y tengo frío.
No es justo.

Saldré a la calle y me congelaré.
No es justo.

¡Hostiapijohuevos!
¡Hostiapijohuevos!
¡Hostiapijohuevos!

(solo de maracas)
(alguien tose, no es el cantante, que intenta no perder el equilibrio)

Saldré a la calle y me congelaré.
No es justo.

¡Hostiapijohuevos!
¡Hostiapijohuevos!
¡Hostiapijohuevos!

(el hombre cae de boca)
(solo de maracas final)

Sobre Carlitos

Carlitos Alcántara os sonará a muchos de la serie Cuéntame. En la vida real se llama Ricardo Gómez y nunca ha podido llevar el peinado que ha querido. Pensadlo bien, amigos. Ricardo, alias Carlitos (del comando Cuéntame), lleva siete años en la serie. Se puede decir que ha vivido en ella, casi como el señor Burbank en el Show de Truman. Y jamás ha podido llevar el peinado que ha querido porque su aspecto, como sabréis, ha de corresponder siempre con el momento histórico que se quiere reflejar en la serie. Pobre Ricardo. Lo que se habrán reído de él en el colegio.

Pero lo más importante, y es la razón de este lapo, es intentar adelantarnos en el tiempo al momento en el que la serie termine. Carlitos tendrá, calculo, unos cuarenta años y jamás habrá llevado el pelo como el resto de personas de su generación. Siempre habrá ido con la moda de treinta años antes. No habrá podido sentirse integrado. Tan sólo durante el rodaje de la serie habrá estado realmente en su mundo. La serie acabará y él volverá a casa con su peinado desfasado, se mirará al espejo y se preguntará adónde han ido a parar todos esos años en los que ha llevado el pelo de un extraño tan cercano a la vez, de Carlitos Alcántara. Irá a una peluquería (por primera vez en su vida no será la productora de televisión quien se encargue de su aspecto) y cuando el peluquero le pregunte el estándar "cómo lo va a querer" él, envuelto en una nube de confusión espacio-temporal, simplemente se echará a llorar.

Animalico, snif.