el zumbao

en las gradas del coliseo el público gritaba con una sola y potente voz el nombre del aspirante al título. el árbitro ya estaba encima del ring, vestido de negro y blanco, en un segundo plano, junto a los boxeadores, a la espera de las palabras del presentador del combate. éste era uno de los protagonistas del acontecimiento porque hablaba muy rápido, subía y bajaba la voz como cantante de ópera y se llevaba más aplausos que los púgiles. una pasada de presentador. se acercó al micro y sonrió. los miles y miles de espectadores contuvieron sus vítores en espera de sus palabras. entonces habló, con voz de pito: "me cago en la puta madre que os parió, a todos, hijos de puta." el silencio se volvió tan espeso como la mierda de perro recién defecada, y casi olía igual de mal. el presentador bajó del ring y tranquilamente subió las escaleras de un lado de la grada, sin prisas, seguido por la atenta mirada de los miles y miles de fans del boxeo que seguían guardando silencio. el presentador alcanzó la puerta, se volvió, sonrió y salió del pabellón. nadie se movió de su sitio. el silencio se volvió murmullo, el árbitro dio la orden y el combate comenzó.

la cola

el anciano salió a pasear, como cada mañana. pasó por el parque donde los niños imaginan que ya son mayores y donde los mayores recuerdan sus tiempos de niños. paseó por la alameda y se detuvo a charlar con el barbero, con la pescadera y con el afilador. en el bar pidió un pacharán y después tomó la calle mayor. al poco, vio la cola. una fila sin fin aparente ocupaba la acera izquierda y parecía dar hasta tres vueltas al edificio del Ministerio. toda aquella gente esperaba para cruzar la centenaria puerta de metal y hacer quién sabe qué trámite burocrático en las oficinas del Gobierno. se detuvo, asombrado, y se fijó en la gran variedad de personas que hacía cola. ancianos, jóvenes, hombres, mujeres, incluso algún niño esperaban pacientemente su turno.

junto a la puerta esperaba un funcionario. quizá harto de repetir siempre lo mismo, tomaba el impreso que cada miembro de la cola llevaba enrollado, doblado, encarpetado o simplemente agarrado, lo miraba, preguntaba algo que desde allí no se oía, y hacía pasar al hasta ese momento primero en la cola a una estancia alejada de la vista de todos. justo en ese momento le llegó el turno a un chico de unos dieciséis años. parecía nervioso y cuando el funcionario alargó la mano para coger su impreso, el chaval dio un paso atrás y se salió de la cola. atravesó las tres filas y se detuvo frente al anciano, lo miró y le dio el impreso, "no puedo", le dijo, y se fue corriendo calle abajo. el viejo lo siguió con la mirada hasta que el chico giró en una esquina y luego se concentró en el papel. lo leyó atentamente, varias veces y tras meditarlo unos segundos se dirigió al último puesto de la cola, con decisión y la solicitud de sucidio bien agarrada entre sus manos.

otra de bomberos

su padre era bombero, y el padre de su padre, y el padre del padre de su padre, y así hasta donde el recuerdo se convierte en leyenda... él, por supuesto, era bombero y su hijo también lo sería, porque en ciudad Bombero todo el mundo era bombero, o lo había sido, o iba a serlo, hasta que un día se acabaron los incendios y todos se quedaron sin trabajo. Una pena.

al carajo

despertamos dentro de un coche apestoso. olía a rancia pota nauseabunda (olía muy mal), los asientos estaban pegajosos. ¿dónde estábamos? me asomé por la ventanilla, amanecía y fuera había miles de personas gritando, medio desnudas y notablemente ebrias (ver "como una cuba"). al carajo, pensamos, y seguimos durmiendo hasta que por fin despertamos en nuestra cama.

el bombero

el bombero vivía en la quinta planta, encima del vendedor de seguros, y éste a su vez sobre la fulana que pisaba el techo del boxeador retirado reconvertido a matón, y bajo sus enormes pies vivía yo con mi perro Karaculo. en el bajo había una tienda cerrada. en los diez años en los que sobreviví en aquel cuartucho jamás vi a nadie vender ni comprar nada en aquella tienda, siempre estaba cerrada, y su dueño no parecía tener intención alguna de preocuparse por el negocio.

un día, no recuerdo en qué año, el vendedor de seguros se quiso suicidar. al parecer se había enamorado de la fulana y ésta, muy profesional, le había rechazado con un "yo sólo sexo". vendía su cuerpo, no su corazón, y el vendedor, que además pasaba por una mala racha de ventas, dedidió dar el gran salto hacia la calzada. según me contaron, porque yo no lo vi, el vendedor estaba gritando en su balcón, medio cuerpo dentro, medio fuera, cuando el matón, antes boxeador, se asomó al suyo para mandar a la mierda al psicópata que le estaba fastidiando la siesta. entonces vio la escena: el vendedor en gallumbos a punto de tirarse por el amor de la fulana, la fulana asomada con un cigarro encendido y riendo, la muy puta, y en mi balcón, Karaculo ladrando sin ton ni son.

...

¿y el bombero?

el bombero estaba muy muy lejos de allí, al otro lado de la ciudad, apagando un fuego, que para eso le pagan.

super

recorrió la atmósfera terrícola en unos segundos dejando tras de sí una estela negra que rodeó el planeta. desde entonces el superpedo de supermán se convirtió en el anillo de la Tierra.

el camión y la hormiga

quizá ella estuviera esperando a que él dijera algo más, pero se tuvo que contentar con su silencio. salió del coche y se tiró contra el camión de tomates que venía en sentido contrario. los pájaros observaron atentos la escena y luego divulgaron la noticia por todo el bosque. la hormiga Miga se enteró mientras llevaba una enorme hoja al almacén. en su pequeña mente no cabía la comprensión y despreció la información para seguir su camino hacia el hormiguero.

bajo la cama

bajo la cama encontré el recuerdo que estaba buscando, y al verse visto correteó hacia la esquina más oscura que pudo encontrar en mi memoria.

"este es mí ultimo a dios"

ella escribió la nota de sucidio a su manera, a su estilo, sin pensar en hacerlo bien, que bastante tenía ya con matarse sin fallar, era novata en tales lides. y tan mal lo hizo que los periódicos atendieron más a sus faltas de ortografía que al propio sucidio...

el otro día

el otro día salí a la calle y todo el mundo estaba desnudo. al ver que yo iba vestido no pude evitar sonrojarme, y salí corriendo sin saber adónde ir, y tras correr durante horas, tan cansado estaba que me dio igual estar vestido y me senté. y así sigo.

soy un mp3

esta mañana me he levantado y soy un mp3. en el pasado, ayer, era un ser analógico, con matices distinguibles en una gran gama de frecuencias, hecho de olas sonoras llenas de mil formas, todas nuevas y a la vez familiares. esta mañana me he levantado comprimido, ocupo una décima parte de lo que antes y mi espíritu se ha vuelto binario. me he dado tanto repelús que me he tirado de cabeza a la papelera de reciclaje.

no es noche de flirteo

está apoyada en la pared, y su amiga le habla al oído, y gesticula. pasa de todo, mira al suelo, a su copa, a la copa del de al lado y al espejo que hay detrás de mí, y del espejo pasa a mi copa, de mi copa a mis manos y luego sube hasta mi cara y me mira. yo sonrío y ella hace como que no me ha visto y se vuelve hacia su amiga, de nuevo interesada, falsamente interesada. entonces yo me voy porque paso totalmente de hacer el tonto esta noche, además de que a las 4 empieza la fórmula 1 y no hay tía que me haga dejar tirao a mi alonsitooooooooo!

el fin del mundo

para mí el fin del mundo será en lunes. cuándo iba a ser si no, un puto lunes.

vampiros

el vampiro común es un ser que un día fue humano pero que ya no lo es porque tiempo atrás alguien le transmitió el mal que le hace vivir eternamente, huir de la luz y de los hombres, si no es para beber su sangre. además de a la luz, son alérgicos al ajo, al agua bendita, a las cruces y a las estacas de madera clavadas en su pecho. tiene puntos débiles y eso lo hace fácilmente destruible.

por el contrario, el vampiro hispánicus es duro de cojones. en primer lugar, no hace falta que nadie le contagie el mal, no. el vampiro hispánicus se hace porque le da la gana. un día está en casa viendo un partido de segunda, jugando al mus o tragándose el programa de AR cuando, sin venir a cuento, decide ser un auténtico vampiro, y de los peores. entonces sale a la calle y va a tu casa, sin más, sin avisar, porque cree que eres su amigo, no sé, porque sí. toca a tu puerta, entra en tu casa y entonces ya no puedes hacer nada, porque al vampiro hispánicus nada le hace mella. el ajo se lo pimpla con el pollo frito que acabas de cocinar, el agua bendita se la traga en forma de cubitos con tu mejor ron miel, las cruces le dan risa y las estacas... ¿quién tiene una estaca en casa para probar con las visitas? entonces ya no hay marcha atrás, porque, si no lo sabes yo te lo digo, el vampiro hispánicus, una vez decide que eres su víctima, no se va tu casa hasta que no ha acabado con tu despensa y de paso con tu salud mental.

temed, temed y orad, y guardad alguna que otra conserva bajo la cama, por si acaso.

os lo dice una víctima escarmentada.

el encargo

escriba, señorita: muy señor mío... no no, quite eso, mejor estimado señor... estimado señor secretario de organización, dos puntos. le hago llegar esta carta con motivo de... señorita, ponga secretario y organización con mayúscula, que es un cargo importante, de alta responsabilidad, usted sabe. continúo. le hago llegar esta carta con motivo de su solicitud, recibida en las oficinas de la calle manuel azorín en fechas recientes, en la que nos solicitaba... señorita, quite solicitaba, ya lo puse antes, cámbielo por nos encargaba, eso, nos encargaba la construcción de un extraño artefacto sin utilidad aparente según unos planos muy detallados que usted mismo nos facilitó para tal fin. punto y aparte. en la presente, pues, le anunciamos la finalización de dicho aparato, que se encuentra en nuestro almacén principal y que podrá recoger en cuanto estime oportuno. atentamente suyo, mariano cifuentes, ingeniero. ¿lo tiene señorita?

...

2 am. alguien toca a la puerta, ve a abrir. ¿había quedado alguien en venir hoy a recoger algo? no, nadie. hola, soy...

jurar para nada

se fueron y me dejaron solo, atado de pies y manos, con el último disco de david civera a toda caña y en repeat all... entonces juré que tras mi muerte volvería para matarlos a todos con una navaja albaceteña, oxidada y sin filo. y al llegar al infierno y pedir poder cumplir con mi deseo, me dijeron que no, que eso sólo pasa en las películas y que cogiera mi uniforme, mi pico y mi pala y a cavar más infierno, que casi no cabemos...

y punto

el juego era sencillo. había que conseguir andar por encima de un muro sin caerse. si caías perdías y además sufrías dolores indescriptibles. a un lado había un jardín de afilada ironía, putrefacto cinismo y venenosa hipocresía; al otro lado, odio en estado puro, asco y perfidia. y mientras andabas sobre el muro, gritos y llantos te atacaban por ambos lados, y por dentras, y desde arriba caían rayos y lágrimas, y los oídos se llenaban de insultos, de sapos y gritos de almas desgarradas.

pocos consiguieron pasar la prueba sin caer y perder la razón o la vida. yo llegué al final del muro, vencí, me gané los aplausos, y al final, recibí el abrazo de la muerte, que me esperaba con sus mejores galas para darme el premio deseado, un fin sin más, un fin con punto y final.

en el Rastro

la primavera estaba llegando pero a esas horas tan tempranas el frío todavía no se dejaba vencer. como todo el mundo sabe, en Madrid el día llega con retraso pues ha de saltar el muro de edificios que la rodea y, si no puede, tiene que colarse por entre las calles, como un vulgar ladrón; por eso, a pesar de que había amenecido una hora antes, ante sus ojos fue en ese preciso momento cuando se hizo el día, y con él llegaron los hombres y mujeres que cada domingo le traían su Rastro, porque para ella, el Rastro era solamente suyo.

sobre tus huellas

"sobre tus huellas camino para no perderme, vuelvo a casa, y con cada paso me acerco más a lo que fui".

Karlos Arguiñano, cocinero.

en esta etapa de su vida, el ya difunto arguiñano dejó de experimentar con ingredientes asiáticos y volvió al marmitaco de toda la vida.

Iker Atina, crítico gastronómico.

la batidora

metí la cabeza en la batidora. es de esas con un vaso de plástico transparente y una tapadera, que cuando haces un zumo lo ves girar y girar, ves el proceso fruta-masa irreconocible-zumo, y tiene una base con un interruptor (con + y -, para meter o quitar caña); como las de las pelis yanquis... la metí para dejar de oír los gritos de mis vecinos, a sus hijos corriendo por las escaleras, el murmullo motorizado de los coches, el viento en las hojas de mi árbol, el helicóptero de la policía, la música de mi compañera de piso, la bombilla que explota sin avisar, mis pensamientos y sus hijas las conclusiones, los ácaros del polvo cotilleando sin parar cerca de mi oído... y con la cabeza dentro de la batidora me dormí placidamente hasta que me despertaron mis propios ronquidos.

esto no es matrix

si estás en matrix, donde todo es más falso que una moneda de tres pesetas, enchufas la tele y ves que el madrid golea a la juventus y sigue adelante en la champion... y por un momento te lo crees porque eres bobo pero, putada, eres un pringao del madrid y algo dentro de ti te dice que ni de coña, que estás en un mundo virtual en el que figo se va de todos, raúl no ha muerto todavía y ronaldo suena como un ferrari cuando pasa por tu lado. cagontó, ¿por qué cuando pudiste no elegiste la pastilla verde y, ya puestos, por qué no te hiciste del masocatlético de madrid?

truco para saber si estás en matrix o no: en el mundo real el pollo sabe a pollo y las patatas fritas se churruscan con el aceite cuando las dejas demasiado tiempo y te lo pimplas todo porque no tienes nada más para comer; en cambio en matrix pasa lo mismo sólo que el pollo te lo comes en la primera parte y las patatas quemadas las dejas para la reloaded, que es cuando neo vuela y se flipa más.

filosofía de baratillo (I)

la vida es como la nocilla de dos colores: hay partes buenas y otras menos buenas, pero la mezcla tiene un punto exótico (servir entre dos panes) - el amor es lo que tiene, que a veces sale mal y otras peor, y cuando sale bien no es a ti - qué putada, pero más se perdió en Cuba (esto vale para todo) - dos tetas tiran más que dos carretas (esto no es filosofía, es un hecho del día a día)...

muerte dulce

pasaron los años y ella siguió congelada bajo el puente, encogida como un ovillo, esperando el deshielo como quien espera que el barça remonte el partido contra el chelsea (4-2).

acto III

el actor entró en el camerino con una botella de cerveza en la mano, en la boca un cigarro a medio terminar y en el bolsillo una carta de amor de un amor desgastado. era la primera en meses, con faltas de ortografía y olor a perfume barato. ya saben, arrepentida, declaraba su amor incondicional, le daba su cuerpo y su alma (o su alma y su cuerpo), eterno, ausencia, aliento y ansiedad, posdata: llámame. y la llamó para olvidar que nunca podría volver a amarla.

de canto

el otro día salí a la calle. fue algo excepcional. no acostumbro y se me hace raro ver caras desconocidas, coches, cielo, un niño que grita, el muñeco de la heladería, en fin, se me hace raro.

no tener un techo sobre la cabeza ni una pared en la que apoyarme me acojonó nada más salir del portal de mi edificio. creo que algún viandante lo notó y me miró como quien mira a un mandril que acaba de escaparse de su jaula, tiene hambre y lleva dos meses sin fornicar. y la verdad es que menos en la especie habría acertado en todo.

paseé algo desorientado por la acera hacia un banco; sería mi primera parada. luego oí un estruendo al final de la calle, gritos y gente correr, me giré y me encontré con lo siguiente: una moneda de diez céntimos del tamaño del santiago bernabéu venía hacia mí rodando, aplastando coches, gente y asfalto a su paso.

ves, pensé, si salir a la calle no va a ser tan bueno. la moneda pasó a mi lado, dijo hola (en serio), y se fue Fuencarral abajo, camino del Madrid Rock, que está de liquidación por cierre, pensé, pero tan baratos no están los cds, y me volví a casa.

el más grande

el pedo más grande se lo tiró el kiko y fue tan brutal que los demás dejamos de ventosear durante al menos una semana... qué gran pedo, digno de un maestro. desde entonces todo es diferente y al kiko le hablamos de usted.

game over

cuando todos estuvimos muertos, dios sonrió y fue corriendo a contarle a los demás que por fin se había pasado la última pantalla de su juego favorito.

balbuceo incoherente

balbuceo a todas horas. me levanto con un ligero balbuceo que conforme llega la consciencia, el olor a café y mi erección matinal se convierte en un balbuceo profundo, rayano en la subnormalidad indecorosa... es entonces cuando despierto del todo y me preparo para ir al trabajo, balbuceando sin cesar, regodeándome en mi balbuceo hasta reírme de mí mismo sin saber por qué me río.

en el metro procuro no hacerlo. la última vez que balbuceé una señora se me acercó y me dio una moneda de cinco céntimos, así es que decidí no balbucear más en público, al menos hasta perfeccionar la técnica y quizá, si hay suerte, recibir un donativo más suculento.

en el trabajo me dejan balbucear todo lo que quiero pero temo que mi jefe me largue pronto porque, según palabras textuales, "últimamente, amigo y compañero, su balbuceo se ha vuelto un tanto incoherente y los demás compañeros, incluido el señor subsecretario, empiezan a hablar de usted con menos respeto del que se merece".

pa una cosa que creía que se me daba bien...

de pared a pared

y yo le digo mil veces que no y ella me responde con su jeta de ladrillo, reverberan mis palabras y en su regreso se deshacen gastadas a medio camino entre eco y olvido, y si las oigo llegar, a mi plin, que con el granito puede el mármol y, bueno, ya se sabe que a palabras necias... ¡rebota rebota que tu culo explota!

la voz dormida

lira sonaba al hablar como las patas de una mosca contra una manzana. su voz decía pero nadie la podía oír. si te acercabas a sus labios, si acaso sentías cosquillas, un tímido soplido que te sacaba una sonrisa y detrás un "qué?", y encima se enfadaba. entonces gritaba y gritaba hasta ponerse colorada, indignada con su voz dormida y con los poco competentes tímpanos de sus amigos. ¡y qué podíamos hacer nosotros si lira no tenía cuerdas!

el telesférico

me gustaría pensar que más tarde o más temprano alguien encontrará la manera de construir un teleférico entre mi sístole y tu diástole.

remembranzas

hacía tanto tiempo que no salía de juerga que no recordaba lo bien que se duerme al volver y lo mal que se siente uno al despertar. esta vez la balanza fue positiva, el sueño superó a la resaca. y no ligué, como siempre.

mi silla nueva

mi silla es azul y tiene cinco patas. gira cuando yo se lo mando y me deja apoyar los brazos sobre los suyos sin apartarlos, al contrario de lo que hacías tú... pongo mi orondo culo sobre ella y lo agradece con un crujido, sin rechistar, sin gritos, sin malas palabras, porque mi silla calla, no como tú... y giro hasta marearme, sin parar, y mis ojos quieren salirse de sus órbitas, mareados, y me agarro a mi silla, que jamás me abandonará...

miro por la ventana que no tengo

y veo luces que no alumbran, y sombras que no temen a la luz...

Epílogo al Centolapario

Todo lo que empieza termina y este es el momento de acabar lo que comenzó hace ya un huevo de tiempo... porque ya se sabe que a todo lapo le llega su sanmartín, o se queda sin baba, que es el caso.


No obstante,

quizá nos veamos pronto en otro lugar...

Qué tal en memolomazo.blogdrive.com? o en asaltodemata.blogdrive.com? o en tecaitesdelatapia.blogdrive.com? o en desdemizulo.blogdrive.com? o en...

quizá quede por hacer un lapomental101...

M.


Lapo mental 100





FIN