la voz dormida

lira sonaba al hablar como las patas de una mosca contra una manzana. su voz decía pero nadie la podía oír. si te acercabas a sus labios, si acaso sentías cosquillas, un tímido soplido que te sacaba una sonrisa y detrás un "qué?", y encima se enfadaba. entonces gritaba y gritaba hasta ponerse colorada, indignada con su voz dormida y con los poco competentes tímpanos de sus amigos. ¡y qué podíamos hacer nosotros si lira no tenía cuerdas!

No hay comentarios: