acto III

el actor entró en el camerino con una botella de cerveza en la mano, en la boca un cigarro a medio terminar y en el bolsillo una carta de amor de un amor desgastado. era la primera en meses, con faltas de ortografía y olor a perfume barato. ya saben, arrepentida, declaraba su amor incondicional, le daba su cuerpo y su alma (o su alma y su cuerpo), eterno, ausencia, aliento y ansiedad, posdata: llámame. y la llamó para olvidar que nunca podría volver a amarla.

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