de pared a pared

y yo le digo mil veces que no y ella me responde con su jeta de ladrillo, reverberan mis palabras y en su regreso se deshacen gastadas a medio camino entre eco y olvido, y si las oigo llegar, a mi plin, que con el granito puede el mármol y, bueno, ya se sabe que a palabras necias... ¡rebota rebota que tu culo explota!

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