Retroavances

Después de la Gran Catástrofe Energética de 2013 y de los efectos en las comunicaciones de las llamaradas solares de 2014, el mundo civilizado, que andaba cada vez más sometido por la aparentemente cómoda tecnología, dio un salto temporal de veinte años hacia el pasado. No fue un salto temporal en sentido literal, aclaro. Los móviles dejaron de funcionar, las comunicaciones se interrumpieron y tras recuperarse bajaron en calidad y fiabilidad y volvimos a esa época protointernáutica de los años 90, cuando el teléfono fijo era el rey e internet servía para bien poco, ahora más por los precios energéticos que por la calidad del servicio, todo sea dicho. Casi nadie podía permitirse tener adsl en casa y los móviles habían muerto. Mucha gente respiró aliviada. Millones de personas acudieron al psicólogo. Algunas decenas de miles se quitaron la vida.

Tras unos meses de caos, la gente comenzó a ajustarse. Sus cerebros comenzaron a olvidar sus hábitos tecnológicos y ya no fue tan raro tener que volver a usar las cabinas telefónicas, a llamar antes de salir de casa, a escribir cartas en lugar de emails, a imprimir las fotos en lugar de compartirlas al instante por el móvil...

El ser humano es muy adaptable y si no que se lo digan a Jaime Alguersuari.

Vacaciones

Maleta, coche, operación salida, atasco, música para entretener, mierda me dejé el cepillo de dientes, ocho horas con parada para mear, comer rápido y seguir, un loco al volante, un camión de esos que llevan aspas de molinos, atasco, peajes y más peajes, nubes grises, lluvia, lluvia, lluvia, lluvia. Ya estamos en Galicia.

Huelga General


Me dicen que en mi empresa, entre los compañeros, "no está bien visto que se haga huelga". No es la primera vez que oigo algo así en lo que llevo en el mundo laboral, pero siempre me sorprende. Intento pensar que quien lo ve mal es el dueño, o sus directivos, y no el resto de trabajadores, que optan por no hacerla y seguir trabajando hoy. Prefiero pensar bien de ellos aunque en el fondo confieso que para mí no está bien visto que ellos no secunden la huelga que se convoca para defender los derechos laborales de todos (también de ellos, aclaro, por si las dudas).

Reflexionando, y quitando a aquellos que están de acuerdo con la reforma, que los hay, pienso que hay muchos que no hacen huelga por miedo a las represalias (lo entiendo), por no perder dinero (lo entiendo, pero menos, ya que la reforma supondrá un coste mucho mayor y hay que intentar ver el medio-largo plazo), por queda bien ante los jefes (me repugna, pero sé que hay casos así), porque no creen que una huelga cambie algo (cambia, el poder siempre teme a la calle) o, y hay más casos de los que se puede pensar, por indiferencia-ignorancia-irresponsabilidad. Como veis, no todos son iguales, cada uno tiene sus razones, pero los efectos son los mismos: menos gente protestando, menos presión, más sumisión a las reformas, un porcentaje de personas que trabaja y que los que gobiernan interpretarán convenientemente como "si fueron a trabajar es que están de acuerdo con lo que hacemos", y seguirán en la misma línea.

No sé si la huelga tendrá más o menos fuerza, si los efectos serán mayores, menores o nulos, si en el trabajo me mirarán mal cuando vuelva mañana o me tendrán menos en cuenta, no lo sé. Lo que sí sé es que es la única manera que tengo de expresar que no estoy de acuerdo con la mayor parte de la reforma laboral que nos han impuesto, que no me gusta que recorten derechos conseguidos con el trabajo de muchos durante mucho tiempo, que creo que abaratar el despido no es la solución y que con los años muchos de los que no se han levantado contra esto hoy se arrepentirán de no haberlo hecho cuando sientan en sus propias carnes las nuevas y disminuidas condiciones laborales.

Mi visión del Infierno

Desde hace milenios, los creativos religiosos (por aquel entonces no se llamaban así pero así se entiende mejor) fueron detallando cómo es el Infierno, cada uno a su manera. Según la religión que miremos, el infierno es de una y otra forma, incluso puede no existir. Cada uno se ha inventado (les ha sido revelado, dicen) el Infierno a su manera, al gusto, con sus ingredientes favoritos... como las pizzas.

Yo no he tenido ninguna revelación, os adelanto. A mí las cosas me llegan de pronto y sin origen conocido. Admito que como receptor de información divina soy un fraude. Creo que eso me hace ser infinitamente más sincero/cuerdo que el resto de los que dicen ser profetas. Partiendo de esta confesión, voy a enumerar mi concepto de Infierno, lo que encontraré allí cuando vaya (quizá mi Infierno sea así y el vuestro de otra manera, a saber, que no sé si habrá presupuesto suficiente para que cada uno se lo monte como quiera o tiran de plantillas prediseñadas).

Empiezo.

En el Infierno no hay internet.

Fin.

Portabilidad

Después de 12 años en la misma compañía de teléfono móvil (antes Airtel, ahora Vodafone) he decidido cambiar. Ya sé que es algo habitual hoy día pero yo soy una persona de costumbres: siempre duermo en el mismo lado de la cama, siempre ronco y cuando cambiaron la Fórmula 1 de cadena dejé de verla porque no llevo bien los cambios. Ahora, tras muchas dudas, he solicitado cambiar a otra compañía (no voy a decir cuál es pero es Yoigo).

Pensé que sería más sencillo. Rellené los datos en su página web y esperé sentado. Dos horas después la pantalla seguía ofreciéndome los mismos datos y mi móvil, medio roto, seguía siendo de Vodafone. Entonces llamé al teléfono de atención al cliente de Yoigo, que por suerte es gratuito, y ocho minutos después una señorita me atendió y me aclaró que la portabilidad no es tan rápida como yo creía. Primero tenía que recibir un sms en el que se me pediría que enviara por correo electrónico varios documentos escaneados y luego tendría que esperar unos días. Aunque dos días después el sms no había llegado (probé a encender y apagar el móvil por si se había quedado bloqueado, pero nada) envié el correo electrónico con los documentos adjuntos a la dirección que la señorita me había indicado para tal efecto. Luego esperé sentado. Dos horas después mi móvil seguía siendo de Vodafone y nadie me había mandado un sms o un correo en respuesta a mi solicitud o a los documentos enviados. ¿Es así de complicado? ¿Tendré que esperar muchas más horas? La espera es difícil de sobrellevar. Los ojos se me están cansando de mirar la pantalla. A veces apago y enciendo el móvil por si se ha bloqueado (falla bastante) y mi sms está ahí esperando. Refresco la bandeja de entrada del correo. Y nada.

He pensado en llamar a Yoigo otra vez. Quizá me atienda la misma señorita que antes. Probablemente no, y no recuerdo su nombre, así es que no puedo pedir que me pasen con ella. Claro que a lo mejor eso ni siquiera es posible hacerlo. Si me está leyendo tal señorita o alguien que trabaje en Yoigo, por favor, soy el que ha pedido la portabilidad por la web y sigo esperando, ¿me recuerdan? El que llamó ayer, ese soy yo. Gracias. Sigo esperando sentado.

Preparación de los fastos en honor al Lapo Mental 1.000

La celebración está en marcha. Espero reunir a más de 300 personas para este momento tan esperado. El Lapo Mental 1.000 está a la vuelta de la esquina y es probable que coincida con el octavo aniversario del primer lapo (también llamado lapo primigenio o lapus primus). Ocho años y mil lapos después todo sigue igual, podría ser el titular, que encubriría la realidad... que es mentira, que no todo sigue igual y que muchas cosas están peor... pero no nos pongamos melancólicos, amigos, porque el día del lapo mil será para celebrar. No habrá lágrimas salvo que sean de alegría o fruto de un corte inoportuno de cebolla en juliana.

Los fieles seguidores de esta obra esputada ya han empezado a enviarme sus ideas. Para ser sincero, definir estas propuestas como ideas es elevarlas varios rangos por encima de lo que se merecen. Como mucho son desvaríos, hijos bastardos de los pensamientos... cosa que se agradece enormemente. Para ideas ya hay gente que piensa y aquí no queremos a ninguno de esos. Para un buen lapeador, el pensamiento es un estorbo, un freno, un obstáculo entre el cerebro y el lapo, y proponer cosas con sentido está fuera de lugar.

Seguiré recibiendo gustosamente las propuestas de los lectores... hasta que deje de recibirlas gustosamente, que será pronto, por mi bajo nivel de tolerancia hacia la estupidez humana (salvo hacia la mía, claro, pero no cuenta porque estoy inmunizado por el largo tiempo que he convivido conmigo mismo). En breve podré ofreceros un Programa de Actividades (como veis, va en mayúscula, que da empaque) para el día del lapo mil/octavo aniversario. Aunque creo que ya tengo algunos puntos decididos todavía queda espacio para nuevas iniciativas. Eso sí, a los que han pedido (exigido, diría) que se incluya la actuación músico-vocal de Camela sólo me cabe decirles que, por favor, no vengan si no quieren ser apedreados.

A todos los que están echando horas (días, incluso) en pensar cómo celebrar este día, os doy las gracias y os recomiendo que, si no lo estáis haciendo ya, os apuntéis a algún tipo de terapia psicológica, curso de autotrepanación o similar.

Chismes

Pues mira, me han contado que Loles, la gorda vaca esa del escote que te caes dentro y llegas al centro de la Tierra, se ha hecho una lipo y han sacado grasa como para dar de comer a todos los niños de Somalia durante un lustro. En serio, que me lo dijo Pepi la peluquera. ¿No sabes quién es? Sí, mujer, Pepi, la que dejó al marido por un enano que la engañó... no no, no le puso los cuernos, qué va, es que le dijo que trabajaba en el circo y luego ni circo ni nada, vamos, que era vendedor de seguros, y que ni era enano de verdad, era un señor bajito y punto. ¡Un aprovechado! Pues eso, que a la Loles la ves y no la reconoces, y mira cómo se ha visto ella que ha mandado al marido a casa de la suegra y ahora se va de pingoneo con las amigas día sí y día también y la Gertru, la que hace los bajos de los pantalones siempre torcidos porque es algo bizca, la vio la otra noche restregándose con un negrito en la puerta de su casa. Que no digo yo que eso esté mal, pero hija, sé un poquito más discreta, y una cosa es operarse y otra ir por ahí fardando de triunfos, que una tiene ya unos años pero todavía está de buen ver, y sin postizos ni botox. Mira, toca aquí.... toca toca, mujer. ¿Ves? Dura como el mármol, de tanto trabajar, ni gimnasio ni tonterías de esas, pero yo no voy por ahí alternando como una cualquiera. Como la Luisa, que me dijeron que ahora lo mismo va con hombres que con mujeres, vamos, como quien cambia de chaqueta. ¿Pero tú te crees? Ella, que estuvo veinte años con el Alfonso y parecía una mosquita muerte, y va el hombre y tiene un desliz, normal, que el Alfonso está gordete pero es muy hombre, y ella lo deja, así, a la primera de cambio, y se va por ahí, de cama en cama. ¡Habrase visto! Y su hermana, un poco puta es, cómo se llama... Mariola, eso, ¿la conoces?... ah, que tú eres Mariola... pues... no no, me refería a otra Mariola, unaaa amiga mía del instituto que se hizo un tatuaje y se lo iba enseñando a todo el mundo, no te digo dónde lo tenía puesto porque hasta yo me sonrojo... en fin, te dejo... Mariola, que me cierran la pescadería y luego... venga, besos a tu hermana, que es muy maja.

Testamento v.2.0

Podría quedar así:

-Las cosas (aquí entra todo lo material, por eso digo "cosas") que se sorteen o se vendan. Casi mejor se las dais alguien que las necesite. Lo que esté viejo, a la basura. Lo antiguo, a algún museo. Lo nuevo ya no lo es.
-Los pensamientos los dejáis ir. Ni me harán falta a mí ni a vosotros, que ya tenéis los vuestros.
-Los recuerdos, que son pensamientos pero más apolillados, que se queden en las fotos, vídeos y demás, y en Facebook, que para algo tenía que servir.
-Las deudas... en fin, como nadie las querrá las dejaré pagadas.

Testamento v.1.0

Se lo dejo todo a quien lo quiera.

Lo demás me lo llevo puesto.

¿?

Fotones Vs. Neutrinos

Desde que el mundo es mundo, o sea, desde que Einstein se puso a pensar, la luz es lo más rápido que hay y nada puede superarla. Los fotones corren que se las pelan: su velocímetro marca aproximadamente unos 300.000 km/s. Hace unos meses unos experimentos científicos apuntaron a una nueva realidad: los neutrinos, hasta hora segundones, parecían ser capaces de correr más que la luz. Los fotones, todos y cada uno de ellos, se llevaron las manos a la cabeza. Su liderazgo indiscutible ya no era tal. Pero hace poco volvieron a tener ciertas esperanzas. Al parecer, los experimentos con los neutrinos podrían ser erróneos. Un cable mal conectado habría provocado una lectura incorrecta de los datos y quizá el notición revolucionario no era tal y los fotones seguían siendo los más rápidos. Ahora, otro nuevo experimento confirma esta sospecha: las nuevas lecturas ponen en lo más alto del podio de partículas veloces a los fotones.

La preguntas que me hago son: ¿se puede jugar así con los sentimientos de estas pequeñas partículas? ¿Merecen los fotones vivir en este constante miedo a ser superados, a perder su merecida medalla de oro? ¿Y los neutrinos? ¿Acaso ellos no han vivido estos meses en la ilusión de que por fin se les valoraba en su justa medida y ahora, casi con desdén, se les devuelve a su justo lugar con el rabo entre las piernas?

Los fotones y los neutrinos nunca se han llevado mal. Cada uno sabía cuál era su sitio en el universo. Ahora, y no sabemos por cuánto tiempo, la enemistad, la inquina, la envidia han surgido entre ambos grupos de partículas. Y todo por un experimento fallido. Un error humano puede haber provocado un desequilibrio en el universo y una carrera fratricida entre estas hasta ahora inocentes partículas.

Shame on you, bastards!

Frases rompehielo (Marca Registrada)

Hay quien va recopilando por ahí frases para ligar. Son esas frases que sirven para romper el hielo y quizá ganarse la simpatía casi inmediata de la desconocida, en principio atractiva (luego habrá que ver si lo sigue siendo, sin alcohol en las venas, sin luces discotequeras, sin maquillaje... sin ropa), y a cortísimo-corto-medio plazo romper el catre con ella, en un afán mutuo por conseguir un placer superficial pero satisfactorio, que nunca viene mal.

Las frases pueden ser de todo tipo: graciosas-tontas, absurdas-graciosas, inteligentes-graciosas, misteriosas-graciosas o simplemente graciosas. La tipología es brutalmente simple, pero tampoco es que necesitemos demasiado: no estamos dando el discurso de aceptación de un asiento en la Real Academia Española. 

A veces, las menos, con decir "hola" es suficiente. Claro que para esto hay que ser tremendamente guapo. Para el resto de los mortales, la mayoría, es necesario usar más palabras, colocadas en el orden correcto y acompañadas con los gestos adecuados. Los gestos son casi más importantes que la frase: normalmente la frase rompehielo se utiliza en lugares con mucho ruido, como pubs, disco-pubs, discos o en una lavandería (si eres yanqui). Para los gestos es necesario cierto talento natural: hay que ser algo coordinado y no poner nunca los ojos en blanco (esto último no funciona nunca, jamás); voy a pasar de extenderme con ello. Para las frases no hace falta nada más que usar las que se ha comprobado que funcionan. No es necesario crear nuevas. Las frases ya están ahí. Sólo hay que preguntarle a quien las ha puesto en práctica. Inventarse frases para ligar es un error aunque está bien que se intente alguna vez, aunque sea para confirmar que es un error, y recurrir después a los expertos, que para eso están. 

Como esto lo hago gratis sólo voy a ofreceros una frase rompehielos (o rompebragas, como suele denominarlas un amigo mío, que no se come un rosco, por cierto). Quien quiera más frases como esta, con más de un 80% de probabilidades de hipnotizar a la víctima elegida, que pague. Atentos.Ahí va:

"¿Si atropellas con tu coche a una perdiz, por accidente, claro, 
y no es temporada de caza de la perdiz, te pueden multar?"

No falla.

La tercera mano

La tercera mano apareció una mañana mientras preparaba el café. Puse la cafetera en el fuego y me dispuse a fregar un par de vasos. Sería ideal tener una tercera mano. Eso fue lo que pensé. Así podría seguir fregando los platos y a la vez retirar el café del fuego cuando estuviera listo. Luego podría preparar las tostadas a la vez que me servía la leche... sería realmente práctico. Entonces la vi. Era una tercera mano dispuesta a obedecerme como hasta ese momento habían hecho las otras dos. ¿Raro no? Sí, sobre todo al principio. E incómodo a la hora de encontrar ropa que se ajustara a mi nuevo apéndice. Pero luego todo fueron ventajas. Por ejemplo, ahora mismo estoy escribiendo con las dos manos de siempre mientras con la tercera me saco un moco de la nariz... son todo ventajas.

La caja de los tornillos

Desde hace unos quince años llevo siempre conmigo una caja llena de tornillos. Para ser preciso, también hay alguna tuerca, clavos pequeños y alguna alcayata. Sé que muchos pensáis que los llevo por si pierdo alguno de los míos, para reponer los que se me van cayendo. Podría ser cierto, pero no es esa la razón. Son respuestos, sí, también piezas sobrantes, de decenas de objetos que he tenido o tengo. Un tornillo de un armario que olvidé usar al montarlo, otro de una tarjeta del pc, que instalé sin atornillar, una bolsita con un clavo que venía con yo qué sé qué cosa y que nunca colgué... Cada vez que me mudo pienso en tirar la caja a la basura con todo lo que hay dentro pero me entra la duda. ¿Y si alguno de esos tornillos pertenece a algo que todavía tengo en uso y en algún momento lo necesito? El miedo a no tener ese tornillo cuando lo necesite me ha hecho llevar de un lado a otro decenas de trozos de metal inservible que jamás necesitaré. Quizá no necesite ninguno de ellos. Los guardo por un "por si acaso" que es probable que nunca llegue. Sé que es una tontería pero no puedo tirar esa caja a la basura. No ahora. Quién sabe si en la próxima mudanza...

Admiradoras

A mis admiradoras, que no son pocas, quiero expresar mi más sincero agradecimiento por pasar tan inadvertidas, por ser unas maestras del disimulo, por aparentar ser inexistentes, que tiene su mérito... Yo sé que están, que estáis ahí, enamoradas lapónicamente de mí, ocultando vuestros sentimientos por no romper mi burbuja de timitidez, siendo anónimas, calladas, mudas, invisibles, espectralmente vaporosas... Gracias a todas por ser como sois (si es que sois, que seguro que sí, seguro).

Una nueva dimensión

Hay tres dimensiones espaciales y una temporal. Esto si no tenemos en cuenta las dimensiones extra propuestas por por según qué físicos. Yo añado otra nueva dimensión: la dimensión De Refilón.

La dimensión De Refilón es una dimensión espacial extra que se ve por el Rabillo del Ojo. Esto significa, para el que no lo haya entendido todavía, que si se intenta ver directamente, no se ve. Es perder el tiempo. Mirar con intensidad con la idea de ver esta dimensión tan sólo producirá un estúpido dolor de cabeza en el sujeto pardillo en cuestión. La dimensión De Refilón está pero no se ve así como así: hay que mirarla De Laíllo, a Contravista, como si uno no mirara, y no es fácil. Es por esto que la gente que no sabe de ella se la encuentra sin querer, cuando el Rabillo del Ojo trabaja inconscientemente, que es lo suyo. Conseguir ver esta nueva dimensión a propósito es verdaderamente chungo, casi imposible. Para que veais lo jodido que es os pongo mi ejemplo: he tardado diez años en ver la dimensión De Refilón a voluntad. Diez putos años en desarrollar una técnica que engañe al cerebro para que crea que está mirando por el Rabillo del Ojo sin querer y que sea queriendo. Diez jodidos años. ¿Y qué hay en la dimensión De Refilón? Nada más que chorrás. Pelusas espaciales, cosas que el resto de dimensiones no albergan porque no sirven para nada. Basura pura y dura. ¿Y tengo que sentirme mal por haber desperdiciado diez años de mi vida en desarrollar una técnica para verla, diez putos años con sus horas, sus minutos y sus segundos? ¿He de arrepentirme de haber llegado a ser posiblemente la única persona en este jodido planeta que puede ver a voluntad una absurda dimensión inútil en la que no hay nada que merezca la pena ser visto? ¿Eh? Pues... sí, joder, cojones, claro que sí.

Una señora sospechosa

Hoy he tenido una experiencia extraña. Me he visto sospechando de una señora mayor, de unos sesenta años, cuando salía (salíamos) del tren en Atocha. No me he fijado en ella hasta que hemos llegado casi a la vez a los tornos, esos que hay al subir las escaleras mecánicas y que te obligan a pasar de nuevo el billete si no quieres quedarte a vivir en las vías. Un policía ha aparecido de pronto. No como un fantasma. Simplemente se ha cruzado delante de mí y de la señora, hasta ese momento inocente, inmaculada, una abuelita de pelo cano y andar solo un poco más ágil que el de un zombie. Entonces, al ver al policía (vestido como tal, chaqueta amarilla fosforito y sobrepeso estándar), se ha dado la vuelta en un giro que, sin dudarlo, he puntuado con un 9,5, medalla de oro por la ejecución y la gracilidad de los movimientos. Con las mismas, la señora, ahora sospechosa de mil delitos (robo, quizá estafa, a lo mejor asesinato, killer grandma), ha vuelto por donde ha venido, de camino hacia las vías, en busca de una salida menos vigilada. O a lo mejor tiene Alzheimer y ha parado en Atocha cuando su destino era Parla, que todo puede ser.