Propaganda electoral

Me ha llegado a casa esta mañana. Y luego dicen que Correos es fiable. Jur.

Reflexión sobre las elecciones

Muchos jodidos/contentos porque ha ganado el PP/perdido el PSOE/ganado Bildu/etc. Pero da igual, amigos. Ganen unos u otros, perdemos todos:

#Alamierdacontodo
#CastraciónquímicaparalospolíticosYA
#SociatayFachaAmorAnal
#Pardilloeressitecreesquetodoestovalaparaalgo
#Noslametendobladayencimaaplaudimos
#Molael15Mperolequedan2telediarios

En fin.

Elecciones en Mordor

¿Elecciones en Mordor? Sí, amigos. Mordor ya no es lo que era. Quién la ha visto y quién la ve... ¡A Mordor no la reconoce ni la madre que la parió! Pero vayamos al grano...

El Señor Oscuro, Sauron para los amigos, después de una protesta masiva de sus súbditos, que estaban hartos de comer carne podrida día sí y día también, accedió, graciosamente, a conceder a su pueblo la capacidad de elegir a sus gobernantes directos (gobiernos locales y regionales), como si el voto fuera a quitarles el hambre.

Incomprensiblemente, esta decisión fue recibida con júbilo tanto por la masa orca y como por las minorías de semiorcos, trasgos y uruk-hais. Según declaraciones de los líderes orcos, "seguimos teniendo hambre pero se sienten mucho más libres", y eso, quieras que no, ayuda a sobrellevar mejor las horas del día, aunque sea a pan y cebolla.

A lo largo de las dos semanas siguientes se formaron los partidos políticos, hasta ahora ilegales, y se programó la campaña que habría de finalizar el mismo día de las elecciones, el primer domingo de siguiente mes, fecha elegida por el mismísimo Sauron y sobre la que no hubo ninguna discrepancia (como para llevarle la contra...).

Tras las solicitudes de legalización, fueron inscritos cinco partidos políticos de muy distintas tendencias. El Partido Legionario de Mordor y el Partido por la Invasión de la Tierra Media son los que parecían tener mayores apoyos. El Partido Libertario del Pueblo Orco fue el único que no cumplió con las condiciones para su legalización. El propio Sauron declaró "sentirse indignado" por los estatutos de esta organización que incluyen entre sus propuestas la dimisión inmediata del Señor Oscuro de su cargo como Señor de Mordor y la convocatoria de unas elecciones generales. Obviamente, los más de 15.000 miembros de esta facción fueron ejecutados inmediatamente y dados como alimento a las hordas de huargos del Ejercito Oscuro.

Tras estos retrasos burocráticos menores, la campaña electoral comenzó con fuerza e ilusión. La pega de carteles, que el pueblo hambriento se comía nada más ponerlos, fue sustituida por mítines e intervenciones más directas, siempre acompañadas de comilonas, peleas organizadas e incursiones en tierras extranjeras dirigidas por los propios candidatos, que repartían alegremente el botín entre sus futuros votantes.

El día de las elecciones Mordor era un hervidero. La participación, según los sondeos a pie de urna, fue masiva, como todo lo que hacen los orcos. Todos los vecinos de Mordor, censados previamente, pudieron presentarse en su localidad y presentar su voto casi sin ningún problema. La papeleta, por cierto, se diseñó para facilitar el voto de la mayoría analfabeta. En el papel se podía ver la cara dibujada de los candidatos (fuera de Mordor, entiendo que distinguir un orco de otro es prácticamente imposible, pero entre ellos sí que se reconocen y no hay lugar a confusión en el voto) y para elegir el votante sólo tenía que tachar una. Fácil.

Cuando decía que pudieron presentar su voto "casi" sin ningún problema me refería a lo siguiente. Es cierto que el pueblo orco es de natural brutote y a veces las situaciones se les van de las manos. La votación iba bien hasta que alguien dijo algo de la madre de no sé quién y claro... en muchas mesas electorales hubo heridos, incluso muertos. También hubo, por qué no decirlo, miembros de las mesas electorales que fueron tristemetne engullidos por algunos votantes. La cosa se desmadró un poco, algo que era de esperar conociendo el temperamento de estas gentes. Los "problemillas" que no se dieron durante la votación aparecieron durante el recuento. Ya lo dice el refran, "pon un orco a contar y acuéstate a descansar". Los números no son lo suyo, está claro, y esto inevitablemente conlleva desacuerdos, malentendidos, dimes y diretes. Y de unas palabras salidas de tono a una masacre caníbal, en Mordor hay un sólo paso.

En fin, que no salió demasiado bien el experimento electoral. Sauron los dejó hacer hasta que el número de bajas en su ejército alcanzó un punto peligroso y luego, como es habitual en él, tiró de Anillo y los puso a todos firmes.

A la semana siguiente a los orcos se le había olvidado lo de las elecciones. Seguían teniendo hambre, eso sí, pero tenían otra idea en la cabeza, más propia de su especie: invadir Gondor y ponerse hasta arriba de sus famosas empanadas de berberechos.

Coque Malla

Tengo en Play el último disco de Coque Malla y no puedo saber si me gusta o no, porque siempre que oigo, digo, leo, escucho a Coque Malla, su voz, su nombre, whatever, me viene el recuerdo de aquella escena en la que discute a gritos, con su voz de gnomo, con Penélope Cruz, y su voz chillona, en 'Todo es mentira'.

El recuerdo de esa escena no me deja escuchar el disco. Probaré mañana.

Nuevas Generaciones Juveniles del PKP

En los estatutos del grupo simplista PKP queda bien claro que una de las labores más importantes de sus miembros consiste en extender por el mundo el pensamiento simplista todo cuanto sea posible. Hasta ahora, las técnicas utilizadas han sido de lo más aburridas: escribir sobre el tema, abrir blogs, grupos de Facebook, hablar con la gente de nuestra forma de pensar, hacernos unas camisetas con el logo y cosas así. Después de un porrón de años de ir cantando nuestras paranoias a los cuatro vientos cual trovadores, sin mucho éxito, todo sea dicho, uno de nuestros fundadores, Miguel, ha decidido probar otra técnica, que hasta ahora no habíamos contemplado y que, si se pone uno a pensarlo, no es tan mala idea. De hecho puede que así consigamos más que con todo lo hecho hasta ahora. ¿Y cuál ha sido la idea este preclaro fundador simplista? Se ha reproducido. Así, como lo digo. El planteamiento ha sido el siguiente: ¿para qué convencer a nadie de las ventajas filosófico-cognoscitivo-vitales del Simplismo si es posible crear un ser humano nuevo y apuntarlo, así, como quien bautiza a un protocatólico o hace socio a su criatura de la Real Sociedad nada más nacer? ¡Ideaza, la miremos por donde la miremos!

¡Así es que damos la bienvenida a los PKP, en su sección infantil (o iPKP), a Vera, primera prueba viviente de que el Simplismo tiene futuro más allá de las vidas de sus fundadores!

¡Y mandamos la enhorabuena a la madre, Lara, simplista y pkpera consorte, que parece que ha tenido algo que ver en esta apuesta tan novedosa de Márketing Orgánico!

Al padre, por supuesto, le haremos un monumento... estamos pensando si será una bola enorme o una losca con su nombre... Ya lo concretaremos y los simplistas serán informados en el próximo Boletín Simplista.

Un saludo a todos.
Marco, miembro fundador.

Lluvia y sol

A veces hablo del tiempo. Me gusta hablar del tiempo, del atmosférico. Y no es por rellenar, es que es un tema importante para mí. Si llueve me quedo en casa, y si hace sol a veces me permito salir un rato a la calle. Tampoco demasiado. El sol a veces puede joder tanto como el agua.

Esta mañana me ha llovido a traición. El corto trayecto que va de casa al proveedor de pan del pueblo se me ha hecho eterno. De ser un poco menos corto habría necesitado barca y remos para llegar a casa. Vamos, que me he mojado, y bien.

La Naturaleza tiene formas muy sencillas de joderte la mañana sin recurrir a escupirte lava encima. Es sutil cuando quiere. Con un chaparrón espontáneo puede ser suficiente para ella. De sobra para mí.

La gata en la ventana disfruta del sol que ahora mismo intenta quemarme la mano izquierda. La gente no entiende que llegadas estas horas cierre las cortinas, que evite el sol. Pero si es genial, tan cálido, revitalizante, y bla bla, me dicen. Mierdas. Si no cierro la cortina, dentro de un rato mi mano izquierda arderá y el olor a carne quemada no me dejará seguir escribiendo.

No estoy hecho para el sol, ni para la lluvia. No es este mi mundo, concluyo así, de mala manera.

Últimos 10 minutos de Bin Laden

Había pasado una semana desde la mudanza. Osama era feliz. Hasta estaba rollizo de la buena vida que se estaba dando. Después de un huevo de años viviendo en una cueva mugrienta Osama había dado un golpe en la mesa y gritado: "¡Estoy hasta los huevos... me da igual que me maten, yo me voy de aquí hoy mismo... y ya me podéis estar buscando un sitio digno de mí, de lujo, vamos!". Y así fue. Pedazo de mansión le buscaron sus lugartenientes. Tendríais que ver lo contento que se puso. Cuando vio que iba a dormir en una cama en condiciones, comer como las personas y usar un váter relimpio no pudo evitar soltar un lagrimón de alegría. "Así ya pueden venir y pegarme los tiros que quieran, hombre. Moriré con honor, bien dormido, bien comido y bien cagado". Y así fue... o, bueno, casi.

Estaba en medio de una de sus meditaciones cuando se miró los pies. No pudo evitar torcer el gesto: tenía unas uñacas como garras de águila afgana. Y sabía que su muerte estaba cerca. Estos yanquis seguro que ya sabían que había dejado la cueva. No, se dijo, así no me pillan. Entonces pidió un cortauñas tamaño XL y se puso a cortarse aquellas excrecencias cartilaginosas inhumanas, muy útiles en la montaña, pero totalmente prescindibles en el mundo civilizado. A unos minutos de allí, Osama no se equivocaba, estaban las fuerzas norteamericanas, a punto de entrar y cargárselo, porque esa era la orden, disparar a matar. Nada de contemplaciones con el enemigo número uno. Pero llegaron tarde. Justo cuando el cabo Jones entraba en la sala en la que estaba Osama cortándose las garras, una esquirla de uña del dedo gordo salió disparada después de un clic del cortauñas, con tan mala (o buena) suerte que atravesó el ojo derecho del líder terrorista... y no se quedó ahí, sino que alcanzó el cerebro y lo dejó fiambre ipso facto. Bestial.

El gesto del cabo Jones fue de flipar. Se había quedado con las ganas de disparar a Bin Laden. A la mierda lo de ser el héroe americano. El cabrón de Osama se había hecho el harakiri con una uña del pie. Y ni eso, porque aquello tenía pinta de haber sido un accidente. Al momento se comunicó con su superior. La orden fue clara e inmediata: "¡Tiradlo al mar, hostias!, ¡¿o es que queréis que todo el mundo piense que somos imbéciles?!", le gritó el capitán, "¡y si alguien os pregunta, decís que lo matamos a tiros, como dios manda, eh!