Caballo de Troya

Tocó al timbre por tercera vez, aporreó la puerta y gritó su nombre, ¡Luis! Sabía que estaba allí porque desde la calle la cortina del salón se había movido sospechosamente y en la media hora que había pasado con la oreja pegada a la puerta había oído dos ruidos dentro de la casa. ¡Luis, joder, ábreme la puerta!¡No pienso irme, eh, que lo sepas! Entonces calló y esperó. El ruido de los cerrojos al ser descorridos fue la bandera blanca que estaba esperando. La puerta se entreabrió y pudo ver a su amigo, despeinado, en pijama y con la desconfianza agarrada en sus ojos. Qué quieres, le dijo, con la voz de alguien que acaba de levantarse de la cama. Tío, Luis, déjame entrar, llevas dos semanas sin dar señales de vida, ¿qué te pasa? Trató de empujar la puerta, sólo un poco, probando las defensas de su amigo, que reaccionó al momento cerrando la puerta violentamente. ¡Vete! ¡Déjame en paz! ¡Vuelve dentro de un mes y hablamos! le gritó alejándose de la puerta. Roberto se quedó sentado en un escalón, cerca de la puerta, sin saber muy bien qué hacer. Al poco, sintió que Luis se acercaba a la puerta y lo observaba por la mirilla. Luis, joder, qué te pasa, sólo quiero hablar un rato, que me cuentes qué te pasa. Me lo cuentas, veo si estás bien y me voy, y te dejo solo con lo que sea que estés haciendo. Tras un minuto de silencio, la puerta volvió a abrirse. Roberto se levantó, despacio, y se acercó a la puerta. Se asomó. Luis no estaba. Entró y cerró la puerta tras de sí. El ruido de pasos le llevó hasta el salón donde su amigo parecía estar pasando la mayor parte del tiempo. Allí tenía varias cajas de pizza abiertas, algunas tiradas por el suelo, muchas latas de cervezas, libros y un reproductor de cds. Las tupidas cortinas estaban echadas lo que le obligaba a tener las lámparas encendidas, a pesar de ser las cinco de la tarde. Después de observar aquel caos, se sentó frente a su amigo. Al momento vio que el televisor no estaba en su sitio. Luis, ¿qué pasa? ¿Qué follón tienes liado aquí? ¿Y tu tele? Luis, que hasta ese momento había estado evitando su mirada, se giró hacia él y señaló hacia el otro lado de la habitación. El televisor estaba en el suelo, desconectado. A su lado descansaba el ordenador de Luis, una radio-despertador y el teléfono móvil. Todos apagados. Luis, estoy esperando. Qué te pasa. Luis lo miró durante unos segundos antes de responder:

Rober, tío... estoy hasta los huevos de las putas elecciones generales... Luis se incorporó hasta sentarse. Estoy harto. Te levantas, pones la radio y no se habla de otra cosa. Vas a leer el periódico en internet y lo mismo. Sales para ir a trabajar y hay carteles colgados de las farolas con las caras de los candidatos. Llegas al trabajo y la gente te pregunta que si has visto el debate, que si vas a votar, que por qué no, que por qué a ese y no a otro... Camino a casa una furgoneta con música de campaña y una voz te grita que vayas a un mitin y cuando te sientas a comer en todos los informativos, más de lo mismo. Tío, hasta en los programas deportivos hacen campaña, cualquier excusa vale para intentar captar tu voto. Hasta las noticias aparentemente no políticas son simples cañas de pescar en manos de los periodistas partidistas. No puedo más, Rober, no puedo. Me quedo aquí hasta que termine todo. He pedido vacaciones en el trabajo y no pienso salir de casa hasta que todo termine.

Luis volvió a recostarse en el sofá, sin retirar la mirada de su amigo. Roberto se mantuvo callado, rumiando todo aquello. No sabía cómo tomárselo. No comprendía cómo su amigo había llegado hasta ese punto. ¿Se habría vuelto loco? Se levantó del sillón y cogió su abrigo. ¿Entonces estás bien, no, Luis? El gesto afirmativo fue suficiente. Bien, entonces me voy, te dejo y ya hablaremos cuando... cuando te apetezca. Bueno, me voy, he quedado con Bruno y Pedrito para ir a votar. ¿Te vie...

Madrugón

Encendió el último que le quedaba y se lo fumó mientras esperaba. El humo se confundía con el vapor de su aliento contra el frío de la mañana. Algunas farolas encendidas suplían al sol, que todavía no había terminado de presentarse. Algún negocio cercano empezaba a subir la persiana con ese ruido metálico tan característico y los autobuses pasaban recogiendo gente para repartirla por toda la ciudad en sus lugares de trabajo. La puerta roja del edifico de enfrente se abrió y su amigo salió y le buscó con la mirada. El gesto al verlo fue mitad saludo, mitad maldición contra el frío. En pocas zancadas cruzó la calle e hizo el gesto de pedirle un cigarrillo. No me quedan, le dijo enseñándole la cajetilla que acababa de tirar al suelo. ¿Un café? y entraron en el bar en busca de calor, café y la siempre dispuesta máquina de tabaco.

Saturnes

Mañana tenemos día extra y no sé que hacer con él. Ya me sobraban algunos y ahora otro más. ¿Realmente es necesario?

Pero ya que estamos, para que destacara más y lo tuviéramos más en cuenta podrían ponerle un nombre distinto. Me refiero a un nombre en la semana. Que la semana en la que el 29F cayera fuera de 8 días y a ese día se le bautizara con un nombre. Un nombre suyo, propio, único, que lo distinguiera de los demás. No sería un viernes más, sería un "X", no sé, un saturnes, por ejemplo. "¿Qué vas a hacer el saturnes?, ¿El saturnes, éste o el que viene?" Ya, suena raro, pero bueno, sería algo nuevo y habría que acostumbrarse. Qué especial sería nacer en saturnes.

Mañana sería saturnes, luego viernes y luego el finde. O sea, que esta semana curraríamos un día más... Retiro mi propuesta, a no ser que lo hagan festivo, claro.

Synecdoche, New York


...un guionista genial que ahora nos va a traer una peli esta vez dirigida por él:

Synecdoche, New York

¡¡pa cúando, pa cuándo!!


Teoría del meteorito final

"Un día cualquiera de verano estaré tomando el sol en la playa de los viejos en Almería y caerá un meteorito que además de chamuscar mi toalla acabará con la vida en la Tierra."

La teoría del meteorito final no es mía. Otros muchos la han puesto sobre la mesa antes que yo, y en powerpoints, y en libros también. Yo la he simplificado un poco para que todo el mundo la entienda. No es que me crea más que nadie o que dé por hecho que si lo explico de forma más sesuda habrá quien no me entienda. Es simplemene que creo que así se entiende mejor. Es más gráfico. Yo en la playa, un meteorito, la toalla, el fin de la humanidad. punto. Se entiende a la primera y no hay ambigüedad posible. Todos morimos por la caída de un meteorito. No se salva nadie. Pero vamos, que es sólo una teoría. Ya están los científicos (esos seres, los científicos, que están encerrados lejos, quizá en un búnker, con grandes ordenadores llenos de lucecitas, probetas y rayos láser) pensando soluciones para el momento meteorítico futuro. Unos quieren lanzarle un misil, otros más de uno, otros colocarle un motorcillo para que se vaya para otro lado y se cargue otros mundos. Los hay que quieren mover la Tierra justo antes de que el meteorito llegue, como cuando Neo esquiva las balas con ondillas a cámara lenta, que digo yo que moverse así sin tener cintura tiene que romper la imaginaria columna vertebral del planeta o algo así. Y los hay que como son religiosos esperan que dios (con D) nos salve, un ovni nos lleve a otra dimensión, o que todo esto sea un sueño y al despertar tras la muerte andemos todos en bolas por un edén con conexión wifi a internet gratis. Estos científicos también están encerrados con ordenadores gigantes, pero se pasan casi todo el rato jugando al tetrix y rezando.

En fin, que la teoría nos deja bastante mal parados: moriremos todos descalabraos por una pedrá sideral a no ser que alguien se invente un bate de proporciones desproporcionadas (proporcionales al losco galáctico malintencionado) que lance el meteorito hacia la otra punta del universo o más lejos, si puede ser. Y bueno, que a lo mejor no pasa na y quedan infinidad de galas de Eurovisión por delante, o esto peta por otro lado: nos apagan el sol por impago, una epidemia de hipo agudo se propaga en na y menos y nos quedamos en el sitio, o alguien tira de la cisterna univesal y nos vamos todos a la mierda haciendo remolinos. Ya ves... ¡pues no hay cosas que pueden pasar!

La fábula de la partida de mus

Cuenta la historia que cuando el mundo todavía no era ni tan redondo ni tan poblado como es hoy, cuando todavía los animales hablaban y el hombre no era más que un torpe simio comeplátanos, un ciempiés, un rinoceronte, un cuervo y una tortuga se juntaban de vez en cuando para jugar al mus en torno a una mesa. En una de esas partidas sucedió lo que sigue:

Grandes
-Envido a grandes, dijo el ciempiés sacando pecho. A su derecha, el cuervo miraba fijamente a su compañera tortuga, buscando alguna señal que le permitiera ver o incluso subir la apuesta del ciempiés, pero no hubo señal ya que la tortuga iba ciega.

-Pasamos, concluyó el cuervo.

Chicas
-A chicas, saltó la tortuga, que aunque lenta al caminar, al mus era una balilla.

-Paso, comenzó la ronda el ciempiés. Las chicas para vosotros, que no lleváis ni para llevaros el punto.

-El rinoceronte, que hasta entonces se había mantenido al margen, mirando fíjamente sus cartas, soltó una carcajada que le hizo balancearse en su silla y casi tira la mesa y al resto de sus compañeros. Sí, ni para el punto lleváis, jajaja.

-Envido a chicas, anda, y callaos ya, siguió el cuervo, viendo el punto de chicas como el único que en esa mano iba a caer, porque su par de pitos no ganaría a los pares, y juego no llevaba. Y su compañera tortuga, tres cuartos de lo mismo.

-La tortuga se aprestó a coger el amarraco de chicas, cuando el ciempiés la detuvo con un gesto...

-Quieta, tortuga, que creo que me estoy pensando ver esas chicas...

-¿Las ves?, preguntó la tortuga haciendo el ademán de apartar dos amarracos como apuesta de chicas.

-No, mmm, mejor no, no las veo... subo diez. El gesto del ciempiés con sus diez patas fue más que claro.

-Ahá, dejó escapar el cuervo, y se puso a pensar con su pequeña y negra cabeza: diez más las dos del envite los pondrían dentro de la partida, pero intuye que pueden ganar mucho más, porque el ciempiés, siendo mano, habrá tratado de coger cartas altas, buenos cerdos para grandes, pares y juego, y ha envidado a grandes. Sería una locura pensar que se ha quedado con las chicas... a no ser que sea el rinoceronte quien lleve las chicas. El enorme animal ha estado callado todo el tiempo pero ha podido pasarle alguna seña al ciempiés, de dos pitos, quizá incluso de tres... Qué momento tan difícil para el cuervo, qué decidir, pasan y se llevan dos, las ven y se juegan las doce, y si sale bien entonces sí que se llevan la vaca, o se arriesgan y sueltan un... no, eso sería una locura...

-¡Órdago!, gritó entonces la tortuga, ¡órdago!

-Lo veo, dijo enseñando sus cartas el rinoceronte: tres pitos y un seis.

-Mierda, respondió la tortuga tirando sus dos pitos y un cuatro sobre la mesa.

-¿¡Pero qué haces, tortuga hija de puta!?, aleteó el cuervo, tirando las cartas al suelo. ¿Es que no ves que estaba pensando? ¡Habla conmigo primero, imbécil, habla conmigo antes de tomar una decisión así! ¡Estúpida tortuga, por tu culpa hemos perdido la vaca y la partida!


Moraleja:
No juegues con una tortuga de compañera al mus porque su complejo de lenta les hace tomar decisiones tremendamente alocadas. Además, siempre llegan tarde y una hora se te va seguro jugando al cinquillo con los otros dos compañeros de juego.

En bolas

En bolas. Se puede pensar que estar en bolas es algo tan sencillo como estar en bolas. Se quita uno la ropa y se queda como la madre de cada uno lo trajo al mundo. En bolas. Qué feo, dicen muchos. Qué falta de respeto. Ese es nudista, y te señalan con media sonrisa apuntando a tus partes bajas y la otra media a lo que te queda de vergüenza. En bolas habría que estar. Quizá así veríamos las cosas más claras. ¿Seríamos más iguales? Puede. También pasaríamos más frío.

El adamismo es una doctrina herética surgida en el siglo II en el norte de África y que pretendían, mediante la práctica del nudismo, retornar a la inocencia originaria del Edén descrita en el Génesis.

Su doctrina defendía, además de la absoluta desnudez, una estricta abstinencia sexual y el rechazo del matrimonio al considerarlo una
consecuencia del pecado original.

La primera reseña histórica sobre esta doctrina se recoge en el Panarion, obra de Epifanio de Salamis sobre las herejías de su tiempo. San Agustín también se refirió a ellos en sus escritos.

El movimiento original desaparece en el siglo IV para volver a surgir en el siglo XIII en Austria, Bohemia y Flandes donde se mantuvieron hasta que a finales del siglo XV, las persecuciones le hicieron desaparecer.

En el siglo XX, movimientos religiosos que defendían el nudismo aparecieron en los Estados Unidos entre los que destacan el surgido en 1925 de la mano de Anna Rhodes o la creación, en 1985, de la Iglesia Nudista Cristiana del Santo Doncel Jesús.

wikipedia.es

El adiós de Harry Potter

Todos estaban allí. Sus profesores, todos sus amigos, muchos magos que lo admiraban. Incluso algunos de sus enemigos se habían acercado para ver si realmente era Harry el que descansaba amortajado sobre la piedra de mármol, rodeado de flores, fuegos fatuos amaestrados y una música casi imperceptible los envolvía de una paz acorde al momento. Los que lo querían no se lo podía creer. Harry parecía estar a punto de despertar, vivo aún, lleno de ganas de justicia, dispuesto a vengar con su magia el mal hecho al mundo por Voldemort.

-Parece mentira que Harry ya no esté, ¿verdad Hermione? -Susurró Ron a su amiga- No puedo creérmelo todavía. Y no sé qué hacemos aquí, perdiendo el tiempo. Harry habría querido que nos hubiésemos puesto en marcha para vengar su muerte. ¡Voldemort debe pagar por esto! La muerte de Harry nos unirá a todos contra ese ser infame y por fin podremos acabar con él. ¡Será el mejor homenaje que Harry podría recibir!

-Ron, cariño, entiendo tu enfado y yo también quiero acabar con ese malvado, pero creo que es hora de que sepas que a Harry no lo mató Voldemort, aunque esa sea la versión oficial, claro.

-¿Qué? ¿Cómo? ¿Entonces quién fue? Dímelo y ahora mismo iré a sacarle la piel a tir...

-Tranquilo, Ron, un poquito de control, que a Harry no lo mató nadie, que el pobre se resbaló en la bañera y se abrió la cabeza. ¿Ridículo, verdad? Por eso hemos dicho lo de Voldemort. Seguro que nadie lo discute. Así es que no hay venganza que valga, Ron, ¿eh?, y estate tranquilo y no armes tanto follón que nos van a echar del funeral.

El hijo de Michael


Es alto y rubiasco, musculoso y ágil.
Un macho de los de antes.
Se las liga a pares,
tiene unos buenos piños
y ahora conduce a Kitt.

Él es Mike,
hijo de Michael.


Veinticinco años después

vuelve

El Coche Fantástico

KITT
(su voz ahora es la de Val Kilmer)

y su conductor es

Mike Knight Junior

ALELUUUUYAAAAAAA

Mi pie

Mi pie es un extraño para mí. Lo miro y no lo reconozco. Quizá sea porque crece de manera exponencial sin miedo al qué dirán. ¿Dónde dejó el sentido del ridículo? ¿Acaso no sabe que la gente lo señalará con el dedo (índice acusador, desvelador de desgracias ajenas) cuando vea que es tres veces más grande que su hermano diestro? Detente, pie, le diría si me atreviera, detente, no quieras ser lo que no eres, porque tu destino no es ser el pie de un gigante, sino el de un simple hombre de altura media-baja, pie descastado y temerario. Pero es inútil. Hace tiempo que dejó de pensar en nosotros como una entidad. Ya no me respeta. Ahora toma sus propias decisiones y un día, lo sé, se irá. De hecho, desde hace tiempo, a sus espaldas, no se lo digáis, le llamo Kosovo.

Idea para un film musical

Hace sol.
Dos amigos jugan una partida de ajedrez en un parque situado en un barrio marginal.
El que lleva las blancas lleva las de ganar.
El que lleva las negras, por el contrario, lleva una camisa a cuadros blancos y negros, para confundir al otro, algo que, si bien no está prohibido en este juego, no es considerado de caballeros.

Los personajes cantan cada uno durante el turno del otro, de manera que se hace realmente difícil pensar en el siguiente movimiento y la partida (y la película) se alarga hasta las tablas.

La música varía de género según el momento de la partida. En los movimientos decisivos (muerte de la dama, acoso al rey, enroque inesperado, masacre indiscriminada y tablas inevitables) la música suena a escena de la ducha de Psicosis. Para el resto de la partida vale con un remix de pachanga, folclore alpujarreño o acid jazz (¿se escribe así?)

(En el guión se muestra la lucha por salir de un barrio pobre de la forma que sea, particularmente formando un dúo músico-ajedrecista, opción artística no muy en boga en los tiempos en los que se desarrolla la historia.)

Notas sobre el hombre-lagarto

Notas sobre el hombre-largarto,
posible proyecto de comic o teatrillo de marionetas


Bajo las calles vive el hombre-lagarto. Así lo llama la gente por motivos obvios: es una mezcla entre rata, babas y presentador de reality show. El hombre-lagarto vive de lo que los demás tiran a la basura, así es que vive realmente bien, porque ayer vi a mi vecino tirar un microondas que estaba nuevecito y a punto estuve de cogerlo y llevármelo a mi casa y eso que yo de hombre-lagarto no tengo nada.

A lo que iba, que el hombre-lagarto hace vida bajo el suelo que pisamos cuando vamos o venimos de trabajar (alias subsuelo) y que yo sepa es feliz, esto es, se relaciona poco, no tiene jefe, va su bola y, lo más importante, no tiene que tirar de la cisterna cuando hace de vientre porque para qué si está ya donde va a parar la mierda.

En la superficie, el hombre-lagarto es un mito. Es tan sólo una historia que corre de boca en boca, como la mononucleosis, pero que realmente nadie se cree, como los discursos políticos. Eso al bicho le conviene porque nadie le molesta y así puede seguir con su vida de rodríguez underground. Muchos creen que es un héroe, que salva a las mujeres de sus violadores, a los niños de sus secuestradores y a los usuarios de internet con baja velocidad de descarga de sus malignos proveedores. Otra falsedad, claro, porque el hombre-lagarto no sabría distinguir entre un violador y un proveedor de internet, ya que no fue al colegio ni tiene tele ni nada, ni quiere.

Su palabra preferida es "rata". También es su comida preferida, el nombre que le pondría a su primer hijo, si lo tuviera, y, bueno, como llama a todo objeto que no es él mismo (se llama a sí mismo "ratar", para no liarse). En fin, su vocabulario es muy reducido, pero tampoco es que necesite mucho más para comunicarse consigo mismo.

Va y viene

Que pena penita pena me da, tú,
pétalos arrugados y medio podridos,
que llegó y sin decir adiós se fue.

Ya sabes lo que ñoño que soy, tú,
roca que se gasta porque sí,
con estas cosas del tiempo que se va.

Trato de olvidar a mi ritmo, tú,
se desangra, gota a gota, se acaba,
para volver otra vez, de nuevo, a empezar.

Si merece la pena lo veremos, tú,
paloma sin alas, viento sin ganas,
deja que la aguja marque y veremos.

¿Te acuerdas de cuando las olas,
y las tardes de sol y los niños corriendo?

Turista

En cuanto puso un pie fuera del hotel se sintió perdido. Una ciudad oscura en un país extraño y un idioma imposible lleno de consonantes apiñadas y volteretas gramaticales. Sacó el plano e intentó situarse. Miró a un lado y a otro, al plano, y por último al cielo. Luego cerró el plano y se lo dio a una pareja de italianos que parecían tan desorientados como él. Entonces se puso a andar y no paró hasta que le dio hambre.

A todos

El aire que te falta, que al entrar te raja, pero lo necesitas y cada vez duele más.

Tras el árbol, sentado, sangrando, te arrepientes de tantas cosas... No te dará tiempo a recordarlo todo, a pensarlo todo. Un mal resumen de tu vida pasa a cámara rápida, deformado por el dolor, por la inminencia.

Los perros ladran más cerca. Te huelen. Huelen tu miedo, te huelen morir. Esperas que todo termine antes de ver sus hocicos húmedos junto a tu cara y las escopetas de sus amos.

¡Pero qué coño!, te dices, en un momento de lucidez kamikace, ¡si eres el puto Rambo! Entonces te sacas la bala con unas pinzas que llevas en el machete, te subes al árbol que hasta hace unos instantes iba a ser tu paredón y desde allí gritas con todas tus fuerzas para atraer a los soldados, matarlos uno a uno usando los colmillos de sus perros muertos. Y luego te los comes a todos. A todos.

Fundido a negro.

Sin palabras

¿Qué pasa cuando te quedas sin palabras? ¿Es para siempre o se te recargan solas porque sí, o tienes que mandar un sms al 1155 con la palabra MASPALABRAS cuando necesites tu dosis? Estas preguntas no son porque sí, no trato de filosofar ni nada parecido. Esta mañana me he despertado sin palabras. Ni una me queda. Conozco las letras, las reconozco, pero no las puedo unir para formar palabras. Estoy completamente paralizado.

No me creéis. Claro. Si no tengo palabras cómo es que estoy aquí escribiendo toda una serie de ellas. Entiendo que dudéis, pero seguro que lo veis más claro cuando os lo explique: copio las palabras de otros textos y las pego aquí. No son mías. No pueden serlo porque ya no me quedan. ¿Lo veis ahora?

Y ahora viene mi petición. Si alguien sabe cómo solucionar esto, por favor, que me ayude. Acepto cualquier proposición, por asquerosa, ilegal o absurda que parezca. Y gracias por adelantado.

(Manda este texto a todos tus amigos o quizá mi mal se contagie y todos acabemos así de jodidos.)

M.

Dormir

El clon tenía sueño. Dejó la ropa que había robado horas antes sobre una silla y se acurrucó en una de las esquinas libres de muebles de la habitación. Sólo un instante antes de cerrar los ojos fue consciente de que aquella iba a ser la primera vez que dormiría desde que aquella mañana estrenara su recién fabricada vida.

Cojito, ergo sum

Grandes cojos de la Historia:

Filipo de Macedonia,
San Ignacio de Loyola,
Maquiavelo,
Shakespeare,
Quevedo,
Tayllerand,
Walter Scott,
Lord Byron,
Roosevelt,

Hefestos (vale, de la mitología),
Fray Gerundio,
El cojo de Calanda,
Carlos II de Nápoles y Sicilia,
Erik II de Noruega
...

Nueva entrada en GF2

Nueva entrada acerca de la Gymkana Fotográfica: www.gf-2.blogspot.com

Indigno

El hombre pierde su dignidad tan fácilmente que parece increíble lo imposible que puede llegar a ser recuperarla.

Mientras escribo, tengo el pie metido en un balde lleno de agua caliente, lo que me hace estornudar sin parar.

Indigno.

Cambio de look

Pos eso.

Noche rara

¿Qué ha de pasar para que uno sea plenamente consciente de estar soñando? Después de cientos de años sin sentir algo así, anoche soñé algo muy real y fui consciente de estar soñando, de pronto, al verme reaccionar de forma irracional (yo no haría esto en estas circunstancias, luego estoy soñando); incluso quise despertar, pero no pude y tuve la sensación de estar atrapado dentro de mi propio sueño. Es genial y horrible a la vez.

Sin comentarios

Elige la vida, elige un empleo, elige una carrera, elige una familia, elige un televisor grande que te cagas, elige lavadoras, coches, equipos de compact disc y abrelatas eléctricos, elige la salud, colesterol bajo y seguros dentales, elige pagar hipotecas a interés fijo, elige un piso piloto, elige a tus amigos, elige ropa deportiva y maletas a juego, elige pagar a plazos un traje de marca en una amplia gama de putos tejidos, elige el bricolaje y preguntarte quién coño eres los domingos por la mañana, elige sentarte en el sofá a ver teleconcursos que embotan la mente y aplastan el espíritu mientras llenas tu boca de puta comida basura, elige pudrirte de viejo, cagándote y meándote en un asilo miserable siendo una carga para los niñatos egoístas y hechos polvo que has engendrado para reemplazarte, elige tu futuro, elige la vida. Pero, ¿por qué iba yo a querer hacer algo así?, yo elegí no elegir la vida, yo elegí otra cosa, ¿y las razones?... no hay razones. ¿Quién necesita razones cuando tienes heroína?


Lo cierto es que soy una mala persona, pero eso va a cambiar, YO voy a cambiar, es la última vez que hago algo así, ahora voy a reformarme y dejar esto atrás, ir por el buen camino y elegir la vida. Estoy deseándolo, voy a ser igual que vosotros... El trabajo, la familia, el televisor grande que te cagas, la lavadora, el coche, el equipo de compact disc, y el abrelatas eléctrico, buena salud, colesterol bajo, seguro dental, hipoteca, piso piloto, ropa deportiva, traje de marca, bricolaje, teleconcursos, comida basura, niños, paseos por el parque, jornada de nueve a cinco, jugar bien al golf, lavar el coche, jerseys elegantes, navidades en familia, planes de pensiones, desgravación fiscal... IR TIRANDO, MIRANDO HACIA DELANTE HASTA EL DÍA EN QUE LA PALMES.

(ya sabéis, Trainspotting, 1996)

Mi hermana y yo

Me descuelgo por la ventana cada noche y vuelvo las esquinas una y otra vez hasta no saber dónde estoy. A veces desde su balcón una señora que se pasa las horas muertas mirando la calle me saluda tímidamente. Mi hermana dice que espera para saludarme y que luego se mete en su casa, que ella la ha visto hacerlo más de una vez. Yo no me lo creo demasiado. A mi hermana le gusta tomarme el pelo día sí, día también. A las cinco de la mañana ya he olvidado por qué hago lo que hago y despierto horas después, en mi cama, vestido y todavía algo borracho. Huele a café. Es mi hermana. Sabe que es el momento. Cuando aparezco en la cocina no me pregunta, no me habla. Sabe que me molesta, que hasta que no desayune es mejor pasar de mí. Cuando le he dado dos bocados a la tostada, hace la pregunta de siempre: ¿Y bien?

...

A mi hermana le cuento todo. La gente piensa que es por esa confianza que sólo puedo haber entre hermanos. Se equivocan. Le cuento todo por su increíble memoria. La mía es de pez, y si no la tuviera al tanto de todo, casi no tendría constacia de haber vivido. Ella evita que yo tropiece demasiadas veces con las mismas piedras. Empieza con un "recuerda cuando te pasó..." y acaba con un "así es que ya sabes qué te puede pasar esta vez". Y yo sigo su consejo, casi siempre.

...

Esta mañana he despertado más contento de lo habitual y ella se ha dado cuenta. Me ha preparado el café y unas tostadas bien quemadas, con aceite y tomate. Y de extra, zumo de naranja. Eso es porque sabe que habrá una buena historia tras el desayuno. Y tanto. Ni siquiera le he dado tiempo a preguntar y he roto la tradición: ¿Recuerdas a la señora de la ventana? A mi hermana casi se le cae el café. ¡No!, ha gritado mientras intentaba contener la risa, y yo no he podido esperar para describirle mi escalada a lo casanova hasta el balcón.

Mejores tiempos

A esas horas el colegio estaba cerrado. Era raro andar por aquellos pasillos vacíos, oscuros y silenciosos. Allí mismo años atrás él había pasado de curso en curso hasta graduarse. Ahora era un extraño, o casi. Paseó por las aulas que antaño fueron suyas. Cientos de imágenes le vinieron como fogonazos al tocar aquellos pupitres, al pasar la tiza por la pizarra, al deformar un montón de plastilina sucia y pegajosa que algún chaval había dejado sobre su mesa antes correr a casa al final de las clases. Se sentó un rato en el que quizá había sido su sitio durante algunos años y recordó mejores tiempos. En la pared colgaban dibujos, listas de alumnos, cartulinas con trabajos... y un mapa de España. ¿Cuántas veces le habían hecho señalar las provincias, los ríos, las coordilleras, los cabos? Lo miró con nostalgia durante unos segundos y sin pensarlo mucho más lo descolgó, lo enrolló y salió por la misma ventana por la que media hora antes había entrado.

Tu color

Los hombres de azul y los de verde son los peores. Los de amarillo parecen malvados pero sólo es por su aspecto. Luego descubres que viven igual de asustados que tú.

A los que tienes que evitar a toda costa es a los de morado. A ellos ni se te ocurra mirarlos. No se te ocurra andar por su misma acera. Si es necesario, arriesga tu vida y cruza al otro lado y sigue caminando como si nada. A los de blanco, habrás oído hablar de ellos, no los verás nunca. Serán ellos quienes te vean a ti, si lo deciden así, y entonces no habrá nada que hacer.

¿Tú? Tú eres un gris, como casi todos nosotros, cariño, y no esperes nada más en la vida que correr y esconderte.

El hombre que explotó por quién sabe qué

En un despacho, en un piso muy alto de un rascacielos.

Hombre 1: Ya le digo que por mí no hay más que hablar. Está todo claro. Según lo que hemos estado deliberando la solución para el primer punto es a todas luces obvia, ¿no le parece? Y si hubiera que modificar algo sobre el plan previsto no habría ningún problema, se lo aseguro. Bastaría con comunicarlo con la antelación suficiente y reconduciríamos el asunto hasta la meta señalada. Si le parece, que supongo que sí, empezaremos hoy mismo con el proyecto y en el plazo indicado todo estará listo. No habrá más que hablar hasta que todo concluya... a no ser, claro, que algo no sea de su agrado. Siempre estamos abiertos a cualquier aportación que nos ayude a mejorar y más aun si viene de su grupo, que es para nosotros un referente y merece el mayor de los respetos. El informe inicial le llegará en unos días. Léalo detenidamente por si algo no le parece correcto y nos lo comunica por los canales habituales. Estoy seguro de que todo le parecerá más que correcto. Sin duda usted...

El hombre que explotó por quién sabe qué: Sin duda... sin duda usted es un imbécil. Anda y váyase a tomar por culo, joder, qué tío más brasas, anda a la mierda y que le aguante su puta madre.