En cuanto puso un pie fuera del hotel se sintió perdido. Una ciudad oscura en un país extraño y un idioma imposible lleno de consonantes apiñadas y volteretas gramaticales. Sacó el plano e intentó situarse. Miró a un lado y a otro, al plano, y por último al cielo. Luego cerró el plano y se lo dio a una pareja de italianos que parecían tan desorientados como él. Entonces se puso a andar y no paró hasta que le dio hambre.
2 comentarios:
¿Y se había salido del país?
Claro, porque era Liechtenstein.
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