Que pena penita pena me da, tú,
pétalos arrugados y medio podridos,
que llegó y sin decir adiós se fue.
Ya sabes lo que ñoño que soy, tú,
roca que se gasta porque sí,
con estas cosas del tiempo que se va.
Trato de olvidar a mi ritmo, tú,
se desangra, gota a gota, se acaba,
para volver otra vez, de nuevo, a empezar.
Si merece la pena lo veremos, tú,
paloma sin alas, viento sin ganas,
deja que la aguja marque y veremos.
¿Te acuerdas de cuando las olas,
y las tardes de sol y los niños corriendo?
2 comentarios:
Ahora tienes que venir a Zarza con tu guitarra y lo cantamos.
Hostia, pues no le había pensao música... mmm, me pongo en ello.
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