Los hombres de azul y los de verde son los peores. Los de amarillo parecen malvados pero sólo es por su aspecto. Luego descubres que viven igual de asustados que tú.
A los que tienes que evitar a toda costa es a los de morado. A ellos ni se te ocurra mirarlos. No se te ocurra andar por su misma acera. Si es necesario, arriesga tu vida y cruza al otro lado y sigue caminando como si nada. A los de blanco, habrás oído hablar de ellos, no los verás nunca. Serán ellos quienes te vean a ti, si lo deciden así, y entonces no habrá nada que hacer.
¿Tú? Tú eres un gris, como casi todos nosotros, cariño, y no esperes nada más en la vida que correr y esconderte.
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