Si usted quiere...

Agente: Buenos días, bienvenido a Munch Telecomuniaciones, le atiende Marco Salieri, ¿en qué le puedo ayudar?
Cliente: Hola, buenos días, soy cliente de ustedes y quería dar de alta unos números móviles para la oferta esa de llamar gratis de fijo a móvil, sabe, esa por la que paga un euro...
Agente: Por supuesto, dígame su teléfono fijo y activamos la promoción.
Cliente: El número, a ver, es 987667898, me llamo Arturo.
Agente: Bien, mmm, verá, es que como está usted cambiando de producto en estos días no es posible activar esos números... tendrá que esperar a que finalice el cambio y entonces podrá activar los números móviles.
Cliente: Jo, es que yo quiero tenerlos ya funcionando, que me ahorro una pasta. ¿No podría parar ese cambio, dar de alta esos números y luego seguir con el cambio?
Agente: Pues... verá, no solemos hacerlo, pero me ha caído usted muy bien y voy a ver si lo consigo. Eso sí, tendrá usted que esperar varios minutos mientras hago la gestión.
Cliente: ¡No se preocupe, que espero!
Agente: Perfecto, le dejo con una musiquita cansina y ahora vengo.
Cliente: Vale, hasta ahora.

El agente Marco Salieri pulsa el botón que deja al cliente Arturo disfrutando de los últimos éxitos de Camela, deja los cascos sobre la mesa y se dirige por el pasillo hacia la salida, con paso firme y sin volver la vista atrás, porque sabe que si duda, sus jefes se darán cuenta y lo detendrán. Cuando ha salido de la sala donde cientos de sus compañeros están atendiendo llamadas de clientes, Marco Salieri gira a la derecha y entra en el baño que está al final del pasillo. Tras comprobar que no hay nadie tras las puertas de los cagaderos, Marco Salieri cierra el pestillo de la puerta de la habitación y se dirige rápidamente hasta el último cubículo. Aparentemente no hay nada fuera de lo común: un váter, no muy limpio, por cierto, un rollo de papel higiénico y poco más. Entonces empuja la quinta losa de la pared, contando desde el suelo, pegada a esquina izquierda. La losa cede y el váter, tras un chasquido, se desplaza hacia el fondo del cubículo y deja a la vista un hueco oscuro. Marco Salieri saca un mechero y lo enciende. Al acercarlo al hueco del suelo, puede ver una escalera de caracol y, sin más dilación, comienza a descender y a girar, a descender y a girar, a descender y a girar... y conforme desciende va escuchando cada vez más fuerte, hasta casi ser insoportable, el ruido metálico de los engranajes, las bielas, las correas, las poleas y demás mecanismos de la inmensa AGA (Artefacto para la Gestión de Altas) que ocupa la inmensa sala a la que da a parar la interminable escalera.

Una vez abajo, Marco Salieri hace memoria. Hace meses que no baja allí y con tan poca luz le cuesta situarse. Para ayudarse, cierra los ojos e intenta encontrar en su memoria el plano de la sala que le enseñaron en el último curso de formación. Si no se equivoca, el panel de control está al fondo a la derecha... y hacia allí se dirige. Al final de un pasillo da con una consola llena de luces parpadeantes, palancas y botones. Una luz roja le advierte de la importancia de aquellos controles. Desde allí se maneja todo. Entonces saca del bolsillo el número de teléfono del cliente y lo introduce en el teclado polvoriento: 987667898. La pantalla hasta ese momento apagada se enciende proyectando una luz verdosa sobre la cara del agente. Casi al momento, los números tecleados ocupan el centro de la imagen. A la derecha del teclado hay varios botones numerados. El número 1, recuerda, activa el alta, el 2, cancela el alta, el 3, la pausa. El botón de pausa es naranja y cuando Marco Salieri lo pulsa se ilumina. Durante unos segundos no parece que nada vaya a suceder pero no es así, simplemente es que todo lleva su tiempo. El ruido constante de la maquinaria se entrecorta y se detiene en seco. El silencio es total durante unos diez segundos. Luego, sin que el agente haga nada, la máquina reanuda su trabajo. En la pantalla aparece el mensaje "Alta 987667898 Paused". Listo. El agente vuelve sobre sus pasos, asciende la escalera de caracol, cierra el acceso a la sala tirando de la cisterna del váter y vuelve hasta la sala, hasta su sitio. Se coloca los cascos y retoma al cliente.

Agente: ¿Señor Arturo? Disculpe por la espera, es que esta gestión tiene su miga.
Cliente: Ah, pensé que me iba a dejar aquí toda la mañana.
Agente: Lo siento, es que es un proceso algo complejo. Dígame los números móviles que quiere activar.
Cliente: Perfecto, a ver, son estos: 654123321, 609468103 y 698751354.
Agente: Bien, un momento mientras los activo... disculpe, don Arturo, pero estos números no son de nuestra compañía y han de serlo para poder acogerse a la promoción.
Cliente: Ah, bueno, yo es que no sabía... entonces... entonces nada, porque son los que tengo. ¿Seguimos entonces con el alta adelante?
Agente: ... eh, bueno, sí, mmm, espere un poco mientras vuelvo a poner en marcha su alta... no se retire, le dejo con lo último de Manolo Escobar y el Fari. Enseguida vuelvo...

Después del Fin

Se acabó la película y ahora pasan los créditos, letra blanca sobre fondo negro, y la canción que los acompaña tiene algo de bob dylan, pero poco. Sólo un punto nada más. Y me quedo hasta que pasan todos los actores, los maquilladores, los técnicos... cuánta gente trabajó para hacer esta peli, pienso. La música sigue hasta el final, se acaba y los créditos siguen en silencio, muy despacio. Voy a parar la peli y ponerme con otra cosa cuando empieza una musiquilla que no pega nada con la peli, no sé, es como folclore chino, viejísimo, pinchado de un vinilo cubierto de toneladas de polvo. Me siento y lo escucho, y sigo leyendo los créditos. Gente y más gente, y la rayada china sonando. Entonces los créditos se acaban. Pero la música no. Sigue. Es una voz de mujer, china, seguro, una voz agudísima que da notas imposibles y un instrumento de cuerda punteado. La pantalla está en negro y la música lo llena todo. Subo el volumen. Espero unos segundos, unos minutos. Me acerco al ordenador y abro el menú del programa de reproducción. La canción sigue sonando. Según la aplicación, a la película le queda todavía media hora. Entonces me siento en el sillón y sigo escuchando aquella canción.

Verlas pasar

La abuela en la hamaca está con la labor. Esta vez toca un jersey rojo para la más pequeña, Silvia, que hoy no ha podido venir porque tenía que estudiar para un examen. El tiempo es bueno, pero eso ya lo sabían antes de salir de casa. Ella se ha quedado con la sombrilla, que está delicada de la piel y el sol ya está en todo lo alto. El padre no puede estar sentado y fuma negro apollado en la barandilla del puente. Entre calada y calada hace algún comentario sobre las motos que pasan bajo sus pies, o llama a alguno de sus hijos para señalarle con el dedo amarillento y humeante a un motero que se ha puesto sobre el casco una crin a lo Leónidas o a un grupo de motos en formación de flecha. La madre no atiende al espectáculo. Su misión allí es tenerlos a todos contentos y ya se ha puesto a sacar bocadillos, aunque nadie ha dicho nada de comer, que todavía es temprano. La familia vecina hasta se ha llevado una barbacoa y son la envidia de todos los espectadores reunidos sobre el puente. El ruido de las motos es una constante pero a nadie le molesta. Al día siguiente será la carrera en Jerez y ellos no estarán allí para verla. Demasiado caro, le dijo el padre a los hijos cuando le vinieron pidiendo dinero para las entradas, pero iremos al puente, niños, como todos los años, y veremos las motos pasar hasta hartarnos.

Por el barrio

Vas paseando por la calle de siempre y no te fijas porque ya está todo muy visto, y es normal. Tienes que ir con alguien que no ha pasado por allí para descubrir lo que debería ser ya parte de ti. Por ejemplo, vas por el barrio y te dice un amigo: "pues cuantos viejos hay en tu calle, tío", y joder, miras y sí, está todo lleno de viejos. De pronto miras a tu alrededor y te encuentras rodeado de señores con bastón, señoras enlacadas, viejunas encorbás, de piernillas secas y abrigos de cacería, y señores jubilados sentados en sus bancos que observan al resto, que digo yo que para ellos será como ver la fórmula 1 cuando antes ellos pasan esos jovenzuelos a toda hostia cuando ellos pierden medio día en decidir con qué pie comienzan su particular hégira diaria. O: "anda, mira, si tienes una librería de segunda mano aquí", que está al lado de tu portal, justo a lado, y dices, "pues será nueva, porque no me suena" aunque sabes que por la pinta aquello lleva abierto desde que Gutenberg se pusiera a maquinar la imprenta. Y al rato salta tu amigo con un "mira, esa rubia, qué buena está... siempre que vengo a tu casa me cruzo con ella", y le echas un vistazo y "mira, chico, no suelo yo fijarme en esas cosas, no me suena mucho..." y el amigo te pone cara de "pero tío, si es tu barrio, ¿es que no lo conoces?" y claro, se la guardas para cuando vayas al suyo, que algo habrá que veas que tu amigo no conozca. Ya caerá, ya, ya caerá el listo este, y te enfurruñas... pero joder, si es que tiene razón el cabrón.

El secreto

Lo que voy a descubrir en este LAPO (LiterAnormalPitorreOnanístico) me puede costar la vida, a lo mejor hasta me zurran, me bufan la cara a hostias hasta que recite de memoria las Cantigas de Santa María. Pero qué coño, digo yo que de algo hay que morirse, y si es por una chorrada, pues mejor.

(Esto que viene ahora va en tono confidencial, medio susurrao, con cara de acojone y mirando a todos los lados por si nos están mirando)

A ver... no sé si sabéis lo de la mandíbula... sí sí, la que han encontrao en Atapuerca, la del primer europeo (él no lo sabría, pero fue el primero, qué crack, la gloria le llegó un poco tarde, je... la verdad, tema aparte, no me lo imagino llegando a la península y diciendo... a ver, adónde voy, mmm, ah, ya, a Burgos). Pues eso, que han encontra una mandíbula de 1,2 millones de años, que por lo visto, para que os hagáis a la idea, es como si comiéndote un trozo de roscón de reyes te toca un diamante del tamaño de un puño; así de gorda es la cosa para el tema científico y tal. A lo que iba, que me pierdo: yo sé algo que nadie sabe sobre esa mandíbula que va a revolucionar las bases del conocimiento sobre la evolución del hombre (¡del Hombre!).

Al grano: tengo un primo que estudia paleontología o algo así, arquología puede ser, en la uni de Zaragoza y está de beca hiperpija de pasta con los de Atapuerca. Vamos, que va allí, se viste de arqueólogo, limpia piedras y les hace el café a los jefazos freaks de los huesos prehistóricos. Este primo mío (bueno, primo primo no es, es hijo de un primo de mi padre, o sea que es primo segundo... segundo o tercero?, es igual, primo y punto), este primo, digo, se me cuela en el msn a la mínima de cambio porque se aburre, porque allí no le dejan hacer nada y porque es un cansino el pobre... pero esta vez me ha dejao de piedra con la noticia. Él ha estado con la mandíbula (aunque no han llegado a intimar, je, por lo visto la mandíbula no le da mucho a la mandíbula, jeje, qué bobo soy, madre) y ha visto algo, que es a lo que viene todo esto, y me lo ha contado en plan confidencial y yo, claro, os lo cuento aquí bajito, y no se lo digáis a nadie porque a mi primo se lo cargan o peor, viene mi primo y me cruza la cara o algo así.

Entonces os chivo el secreto: tíos/as... la mandíbula de 1,2 millones de años encontrada en Atapuerca tiene una caries acojonante en uno de los piños, tíos, y por lo visto eso indica que el primer europeo... era un guarro, no se lavaba los dientes y probablemente le salió (esto es una teoría de mi primo) porque se hinchaba a gominolas, huevos fritos, nubes y demás chuches, qué asco, por dios...

Que nooo, ¿cómo va a ser este el secreto? Atontolinaos estáis, friends. Es verdad que tiene una caries, es verdad, pero lo gordo es que... ¡tiene un empaste! Y eso significa que... el primer europeo era un ¡¡hombre del futuro!! que viajó a esos tiempos y se quedó allí y 1,2 millones de años después (año más, año menos) ha sido encontrado y ahora, flipad, todos nuestros conceptos sobre el tiempo, el espacio, el tiempo y el espacio (no sé me ocurre nada más) se han ido al carajo.

Y ahora viene la pregunta que nos deja lelos: ¿tenéis un empaste? ¿sí?... entonces alguno de nosotros puede ser ese hombre, eh, tela, ¿qué jiñe, no?

(pásalo a 10 personas más o se te caerá el pijo si eres tío o a tu novio si eres tía hetero; si eres lesbiana no te pasa na.)

A bruxa de Noia

A bruxa de Noia díxome que me tombara na padiola. Descalceime e fixen o que ela decía. E alí estaba eu, o valente, mirando de reollo a aquela muller silenciosa que empezara de pronto a tirar do meu pe cunha forza impropia do seu tamaño. Algo cruxiú no pé, no xeonllo. Tirou dos dedos, un a un, e por un momento creín que estaban rotos. Entón, a bruxa dixo: agora vou a ter que usar agullas. ¿Agullas?, pensei, ¿agullas no meu pé? E claro, eu díxenlle que si, que vale, que fixera o que vira conveniente, cunha seguridade que non tiña. E ela púxome catro bandeirillas e logo encendeunas, como se foran incenso, e comencei a sentir unha lixeira calor dentro do noelo. Agora a esperar a que o ligamento se relaxe, dixo, e marchouse.

Entón tiven vinte minutos para pensar, para mirar, para buscar coa mirada unha ala de morcego, un bote cheo de vagalumes vivas o un gato negro que me mirara máxicamente. Mais non pasou nada de isto. Só tiven que preocuparme de non mover o pé para non (meu temor infernal) partir as agullas e que quedaran para sempre dentro de min.

A meiga chegou andando (as escobas, pensei, son de outro tempo). Arrancou as agullas sen pensalo duas veces e colleu unhas vendas. Agora, dixo, fareiche unha vendaxe e dentro dunha semana quitao, e estarás curado. Entón, como Lázaro, levanteime e andiven. Andiven como antes de ir a visitar a bruxa, que tampouco estivera coxo como para non poder andar, eh. Paguei (non é gratis, que as bruxas tamén comen e pagan facturas) e seguín a miña vida.

E agora vou a quitarme a venda. E sei que estou curado. Porque a bruxa de Noia ten poderes de verdade, ¡volo xuro!

(escrito coa axuda de Chus, claro.)

Beirut

Y aquí unos yanquis haciendo... folk de Europa del Este con su toque personal :D

Con las monjas

Con las monjas, cuando era niña, todo era de mala leche. Y qué malas eran. Rezábamos, íbamos a misa y hacíamos sacrificios. Yo no sabía muy bien por qué. No lo entendía. Un día mi madre me pilló arrodillada sobre unos granos de arroz que previamente había tirado al suelo. Me miró como si no me reconociera. ¿Qué haces hija, que te vas a hacer daño en las rodillas? Y yo le dije que era cosa de las monjas, que hacía un sacrificio, que eso era bueno. Mi madre me hizo levantar y me regañó por hacer aquello. A los pocos años, tendría unos doce, decidí pasar de todo eso. Fue de pronto. No lo entendía y para mí era una pérdida de tiempo. Ni misas, ni curas, ni monjas ni rezos. Cuarenta años después sigo pensando lo mismo y me sigue sorprendiendo todo ese mundo de sotanas y rosarios.

En un futuro muy muy lejano... (unos 7.590 millones de años a contar desde ahora)

El Casi Todo, Universo 59881/15, Sistema Solar.

En el Sistema Solar la cosa está algo inquieta. El fatídico rumor salta de planeta en planeta y alguno, muerto de miedo, hasta varía su rotación. El cinturón de asteroides, como siempre, va a su bola y se cosca de poco. Plutón, que tiene mala comunicación, pone la oreja a ver si pilla algo. Algo ruge en el centro del Sistema. Es el Sol, claro, que tiene la voz así como Paco Rabal, si cabe más cascada.

El Sol: Planetas, planetas, planetas... Atended mi llamado (el Sol tiene deje sudamericano, lógicamente)

Los Planetas, a una: ¡Sí, oh Sol! (Plutón también grita; Neptuno se gira y lo manda orbitar con un gesto autoritario). ¡Oh Sol, te atendemos!

El Sol: ¿Sabéis qué os digo?

Los Planetas: ¡Qué nos dices, oh Sol!

El Sol: Que estoy quemao. Y que voy a reventar y me voy a llevar por delante a Mercurio, a Venus y a la Tierra.

Mercurio, Venus y la Tierra (los demás callan porque ni les va ni les viene): Pero Sol, tampoco es para ponerse así. No hemos hecho nada malo, creemos. ¿Por qué tanta rabia? ¿Por qué acabar con nosotros?

El Sol: Es mi naturaleza, hijos. No lo puedo evitar. Además, me aburro. O hago algo o reviento.

Mercurio, Venus y la Tierra: Pues vaya mierda.

El Sol: Bueno, chicos, vedlo por el lado positivo. Os absorberé. Seremos uno. Formaréis parte de el gran Sol que os dio la vida hace ahora un huevo de tiempo. Es un honor, si lo pensáis bien.

Mercurio, Venus y la Tierra: Nada, nada, lo mires por donde lo mires, es una mierda.

El Sol: Pues es lo que hay, así es que agarraros fuerte, que voy.

El Sol crece y devora a los tres planetas más cercanos. El resto de planetas se estremecen. Han perdido a sus hermanos favoritos. Fin.

PD: Ahora es cuando Plutón agradece en silencio ser un planeta menor y orbitar en la quinta polla.

Tras las cortinas

Estoy sentado escuchando una canción, tranquilo, y corriendo por un prado demasiado verde con un cielo demasiado azul y queriendo hacerme oír entre tanto blablablá y tras las cortinas hay sombras y quizá vengan (a) por mí. Cambio de emisora, las noticias, tengo hambre, y me detengo junto a un árbol, viejo, nudoso, de grandes raíces y me tumbo y callo porque ya no me importa que me escuchen y corro las cortinas con miedo y con prisa y no hay nadie ahí fuera. Apago la radio, y cierro los ojos, como algo, un sándwich, y cierro los ojos, las hojas caen sobre mí, entre claros y sombras, y cierro los ojos, susurro para mí, y cierro los ojos, bajo la persiana, giro el pestillo, y cierro los ojos. ¿Estarás ahí cuando los abra? Estoy sentado escuchando una canción.

Jornada de reflexión

¿No lo son todas?

Miedos

Aeronausifobia: Miedo a Vomitar.
Albuminurofobia: Miedo a la albúmina en la orina.
Araquibutirofobia: Miedo a la mantequilla de maní o alguna sustancia que se pege en el paladar.
Atazagorafobia: Miedo de ser olvidado.
Barofobia: Miedo a la gravedad terrestre.
Caligynefobia: Miedo a las mujeres hermosas.
Descrofobia: Miedo a encogerse o perder estatura.
Helenologofobia: Miedo a los términos griegos o de la terminología científica compleja.
Hexakosioihexekontahexafobia: Miedo al número 666.
Medortofobia: Miedo a un pene erguido.
Rabdofobia: Miedo a la magia. Temor a los bastones.
Tasofobia: Miedo al ocio. Miedo a sentarse.
Alodoxafobia: Temor a las opiniones ajenas

Sálvese quien pueda

(canción de Vetusta Morla)

Puedo volver, callar, forzar la realidad.

Puedo doler, arrasar, sentir que no doy más.

Puedo escurrir, pasar, fingir que me da igual.

Puedo incidir, escapar, partirme y negociar la otra mitad.

Puedo romper, olvidar, comerme la ansiedad.

Puedo salir, girar, ser fácil de engañar.

Puedo joder, encantar, llamarte sin hablar.

Puedo vencer, palmar, saber que sin vosotros duele más.

Puede ser que mañana esconda mi voz por hacerlo a mi manera.

¡Hay tanto idiota ahí fuera!

Puede ser que haga de la rabia mi flor y con ella mi bandera.

¡Sálvese quien pueda!

Puedo torcer, lanzar, perderme en la obviedad.

Puedo servir, cansar, saber que sin vosotros duele más.

Puede ser que mañana esconda mi voz por hacerlo a mi manera.

¡Hay tanto idiota ahí fuera!

Puede ser que haga de la rabia mi flor y con ella mi bandera.

¡Sálvese quien pueda!

Muere Gary Gygax, uno de los creadores del juego de rol 'Dungeons & Dragons'

Descanse en paz...

(Foto: AP)

LOS ÁNGELES (EEUU).- Gary Gygax, el creador junto a Dave Arneson del primer juego de rol de la historia, 'Dungeons & Dragons', murió en su residencia de Lake Geneva (Wisconsin), a los 69 años.

Gygax, casado y con seis hijos, había sufrido diversos problemas de salud en los últimos años, incluida una aneurisma abdominal, según dijo su esposa, Gail.

A pesar de su estado de salud, Gary Gygax siguió organizando en su hogar partidas semanales de ese juego de rol hasta enero de este año, explicó su mujer.

Gygax y Arneson desarrollaron 'Dungeons & Dragons' en 1974 a través de personajes medievales y criaturas mitológicas que se convirtieron años después en un gran éxito, sobre todo entre el público adolescente.

Más adelante, la repercusión de este juego de rol dio lugar al diseño de videojuegos, libros, series de televisión y películas con su nombre, la última, protagonizada por Jeremy Irons en 2000.

Gygax también escribió varias novelas. "Era como el tío que todos queremos para quienes jugamos a los videojuegos", dijo Mike Mearls, responsable de la cuarta edición de 'Dungeons & Dragons', al portal 'Underwire', y agregó que "dio forma a toda una generación de jugadores".

Gygax logró erigirse en un icono para los amantes del juego e incluso apareció en series de televisión, donde se interpretó a sí mismo, como en episodios de 'Futurama' o 'Code Monkeys'.

En 'Dungeons & Dragons' los jugadores crean una serie de personajes de ficción y llevan a cabo aventuras de acuerdo a una serie de reglas.

Este juego de rol fue el modelo a seguir por cientos de otros que lo intentaron imitar y fue la inspiración para todo un género de juegos de ordenador que aún son vendidos a escala millonaria.

Volver a empezar (El lapo)

He tirado todo. Todas mis cosas, todo. Libros, papeles, ropa. Todo. Las cartas que te escribí y me devolviste, las fotos, los rollos de papel higiénico y las sartenes. Todo. He cogido dos paquetes de bolsas de basura y los he llenado con todo, y a la calle. También he tirado tus cuadros, incluso el que me gustaba, el del perro y la naranja. Y los cacharros de la limpieza, y los espejos y las sábanas y hasta la lámpara del salón. Todo todo.

Sólo he dejado una muda para después de ducharme, y a ver qué pasa.

(Pasa que no tengo toalla para secarme.)

¡Vota a OGT: tapeando hacia el futuro!

El PAÍS. Edición Sevilla, 2011
Especial Elecciones Municipales


¡OGT: tapeando hacia el futuro!


EL PAÍS. SEVILLA.
Con este lema fue con el que OGT (Olivas, Gachas y Tintorro) se llevó de calle las elecciones generales de 2008. Nadie daba un duro por este partido cuando decidió presentar su candidatura pero con sus propuestas frescas ('sangría gratis para todos') y renovadoras ('el ajo también cabe en la tortilla') desbancó a sus más duros competidores.

Han pasado varios años desde la revolución del OGT. Ahora nadie pone en duda su capacidad de gobierno. Incluso el ex presidente del Gobierno, Felipe González, antes en las filas del PSOE, acabó por unirse a las filas de este nuevo partido político y ahora se presenta a alcalde de Sevilla bajo las siglas del tapeo y la buena vida. "Contra todo pronóstico, aquel grupo de andaluces consiguió llegar al corazón de los votantes con su mensaje claro y humano: la vida son dos días y con unas buenas tapitas pasa mejor", nos apunta González.

Otro de los nuevos fichajes del OGT es el antiguo líder del PP, Mariano Rajoy. "Tras la derrota de 2008 estuve a punto de retirarme de la vida política", admite Rajoy. Cuando hizo pública su homosexualidad y su afición por el vermut y las anchoas muchos pensaron que estaba acabado. Salió del PP por la puerta de atrás (nunca mejor dicho) y tras unos meses de reflexión se afilió al OGT. "No hay izquierdas ni derechas cuando se habla de las tapitas y el vino, ¡viva el vino!", nos dice con una sonrisa picarona.

El próximo domingo los españoles irán a votar para elegir alcades y presidentes de comunidad y el OGT espera repetir la victoria de las generales. Así lo espera la mayoría de la población, según las encuestas, que sitúan al OGT en el 90% de las corporaciones municipales.

El resto de partidos intentará mejorar sus resultados en las urnas, aunque nadie se atreve a vaticinar un resultado distinto de la victoria aplastante del OGT.

Cita

"He limpiado las ventanas de mi casa y lucen igual de sucias que antes.
Por lo visto también hay que limpiarlas por fuera."

William Essah Shortmind,
Memories of Someone
(1935)