La caja de los tornillos

Desde hace unos quince años llevo siempre conmigo una caja llena de tornillos. Para ser preciso, también hay alguna tuerca, clavos pequeños y alguna alcayata. Sé que muchos pensáis que los llevo por si pierdo alguno de los míos, para reponer los que se me van cayendo. Podría ser cierto, pero no es esa la razón. Son respuestos, sí, también piezas sobrantes, de decenas de objetos que he tenido o tengo. Un tornillo de un armario que olvidé usar al montarlo, otro de una tarjeta del pc, que instalé sin atornillar, una bolsita con un clavo que venía con yo qué sé qué cosa y que nunca colgué... Cada vez que me mudo pienso en tirar la caja a la basura con todo lo que hay dentro pero me entra la duda. ¿Y si alguno de esos tornillos pertenece a algo que todavía tengo en uso y en algún momento lo necesito? El miedo a no tener ese tornillo cuando lo necesite me ha hecho llevar de un lado a otro decenas de trozos de metal inservible que jamás necesitaré. Quizá no necesite ninguno de ellos. Los guardo por un "por si acaso" que es probable que nunca llegue. Sé que es una tontería pero no puedo tirar esa caja a la basura. No ahora. Quién sabe si en la próxima mudanza...

No hay comentarios: