Lapo mental 55

Tic

La niña vivía dentro del gran reloj de madera del salón del Palacio del Bosque. Siempre había vivido allí, recordaba, y nadie había previsto que aquella situación pudiera cambiar. Cuando el carrillón marcaba con su mecánico andar metálico el comenzar del día, la niña despertaba de su sueño de tic-tacs y bostezaba, y tras cerrar su minúscula boca abría sus enormes y azules ojos soñolientos dando por terminados su noche sin estrellas y sus sueños de niña.

Lo que más le gustaba era sentir el ritmo del tiempo, aunque ella no sabía qué era aquello, el transcurrir continuo que pasa sin saludar ni despedirse, el futuro siendo presente y luego pasado ante sus ojos, reflejado en las doradas manecillas asimétricas de su reloj, siempre girando sobre su eje, atrapadas en la esfera como ella lo estaba dentro de aquel reloj de madera del salón del Palacio del Bosque.

Así pasaba las horas la niña del reloj, y los segundos fueron minutos y los minutos horas, y así hasta que los años se sumaron hasta ser siglos y la niña, sin saber que al otro lado del cristal del reloj de madera el tiempo arañaba la vida sin compasión, volvía cada noche a esconderse bajo las sábanas en espera de un nuevo amanecer.

Tac

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