Infancias derruidas


Mi infancia fue distinta. Durante unos cinco años (hasta los 10 años) viví en una casa a las afueras de El Ejido (Almería). En aquellos tiempos los invernaderos no habían conquistado todo el territorio ejidense. Ahora, visto desde Google Earth, lo que antes era campo ahora es puro plástico, y en medio, como la aldea de Asterix, sobrevive la parcela en la que antaño estuvo mi casa. Y digo estuvo porque ahora ni siquiera está. Queda el colegio para hijos de agricultores (en el que yo estudié tercero), ya en desuso.



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