La abuela exorcista

Mis vecinos tienen un bebé que llora y a veces, las menos, se calla. Sin seguir un criterio deducible por una mente humana, hay días en los que llaman a una exorcista, que además resulta ser la abuela, para que calme a la criatura (demoniaca). Esos días, a este lado de la pared, se convierten en puro estrés.

La señora se esfuerza mucho por consolar a su nieta y sacarle el demonio que lleva dentro. Entre sus técnicas destaca el Canto a Grito Pelado, que atraviesa los tímpanos del bebé, luego la pared y acaba por meterse en mi cabeza, donde provoca un estropicio neuronal que no os podéis ni imaginar. Gracias a sus sortilegios atronadores, la niña acaba gritando más, no sé si porque no le gusta lo que le canta su abuela, por el dolor que le producen los gritos en sus oiditos o simplemente porque da por hecho que lo normal es ir gritando por la vida e imita a su vociferante abuelita. Si os soy sincero, prefiero oír llorar al bebé que cantar-gritar a la abuela exorcista con sordera. Cuando se junta el lloro luciferino de la peque con el canto sísmico de la exorcista, que son la mayoría de las veces, simplemente prefiero morir.

Cuando el bebé ha dejado de llorar (por cansancio o porque le ha dado la gana), la abuela decide que ha llegado el momento de ejecutar su segunda técnica: la Carantoña Desquiciante. Por supuesto, las carantoñas estas también vienen acompañadas de sonidos inhumanos. La técnica es bien sencilla: la señora le habla-grita al bebé como si este fuera subnormal sólo que al final quien acaba pareciendo subnormal es ella. La abuela tiene toda una retahíla de frases hechas, todas ellas laudatorias hacia la belleza, pequeñez o whatever it is de la bebé en cuestión, y las lanza cual cañonazos sonoros poniendo voz de retarded human being. Después de unos pocos minutos, invariablemente, el bebé vuelve a llorar y la abuela se siente impelida a ejecutar de nuevo su primera técnica, el Canto a Grito Pelado. La suma de Canto y Carantoña en forma de bucle infinito recibe el nombre de Círculo Vicioso Asquerosete o Suicidal Fucking Loop.

Una vez la abuela exorcista ha decidido que el demonio ha salido del cuerpo de su nieta, se despide (a gritos), se va y nos deja a todos en paz (empezando por su nieta), aunque con el miedo en el cuerpo, porque sabemos que quizá mañana la volvamos a tener ahí, al otro lado de la pared, gritando como una posesa.

2 comentarios:

JuanRa Diablo dijo...

Una estaca. Una maza...
Y en el corazón.

De la abuela, digo.

Y a nacer de nuevo.

Sirena Varada dijo...

Jajaja, muy bueno, una perspectiva diferente de las abuelas.