Último finde de parado
Si todo sale como debe, este será mi último fin de semana de parado desde agosto de 2009. Casi dos años de inactividad laboral, mi récord desde que empecé a trabajar. En estos veintitantos meses he gastado mi tiempo en cosas poco productivas, algo que ha requerido todo mi esfuerzo, porque no es fácil criogenizarse sin perder algo de cordura y yo creo que lo he conseguido. Me aplaudo e incluso algún ¡Bravo! se me escapa. Pero lo bueno no dura eternamente. Ahora hay que volver a madrugar, que era algo casi olvidado, a cumplir horarios y a rendir como el que más. Será duro el cambio, seguro, pero el ser humano es como la plastilina: en pocos días será como si este impass no hubiera existido y olvidaré que antes de bola fui ladrillo. Es una de las ventajas de tener mala memoria: todo lo que sucedió más allá de seis meses atrás me parece un sueño que alguien me contó; es ajeno, borroso y pasa del estado sólido de lo real al gaseoso de lo imaginario.
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3 comentarios:
Somos animales de costumbres y por lo tanto reacios a los cambios, pero nos acostumbramos pronto a todo.
A mi se me escapa también un aplauso y felicitaciones varias :)
Espero que a mi me pueda pasar..., que todo lo que estoy pasando ahora crea dentro de poco que ha sido un sueño, es una utopia.
No hay nada que dure para siempre. ;)
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