susana tenía pecas por todo el cuerpo, pequeñas pecas, miles, desperdigadas sin orden, sin criterio, como cielo estrellado, pero menos cursi. y cuando intentaba contarlas siempre acababa perdida, diez, once, porque eran tantas, cincuenta, cien, que no era posible dejar de caer en el error. y lloraba, la muy tonta, porque no sabía cuántas pecas tenía.
así pasaron los años hasta que susana fue mayor y dio con la solución: un boli y javier, que pacientemente marcó peca a peca hasta contar todas y cada una, sin excepción.
susana fue feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario