cuerdas viejas, dedos rotos

entramos cogidos de la mano pero pronto hubimos de separarnos, tanta era la gente que allí había. sonaba flamenco en directo, no sabía si grabado o en vivo. pronto lo sabría. ella me hizo una seña, había encontrado a nuestros amigos, al fondo a la derecha. yo aproveché para acercarme a la barra y pedir lo de siempre para ella, y mi agua. era en vivo. desde allí se podía ver un minúsculo escenario al fondo, cerca de donde mis amigos, con un par de gitanos, más bien payos agitanados, de pie el cantaor, sentado el de la guitarra. me sirvieron y empecé a beber. la música me retuvo en la barra, aunque no sólo la música. no tenía ganas de acercame donde mis amigos, quizán también necesitaba estar lejos de ella, un rato, sólo un rato. tomar aire, mi agua, escuchar la música y decidir si aquella sería la última noche con ella. la miré, ella no, se acabó el agua. pedí otra.

No hay comentarios: