Quieres ir a mear y sin más te sales de la cama contra la pared y suena el cabezado y con el dolor llega la certeza que algodonada te grita por dentro que no estás en tu casa y en casa ajenas las paredes y las camas tienen su propio baile y este no te lo aprendiste todavía. Te tocas la cabeza y te reconoces vivo y dolorido y buscas las zapatillas que la noche anterior te dejó tu anfitrión y te piensas dos veces si esperar a salvo entre las sábanas rasposas o arriesgarte a salir y darte golpes con todo en la oscuridad y abres bien los ojos porque te la vas a jugar porque es la única salida honrosa y tú no eres un cobarde y tú no eres de los que se puede aguantar el pis eternamente y tú sí eres de los que no se lleva una muda cuando le invitan a dormir en casa extraña.
Moraleja: en la vida hay que arriesgarse porque si te quedas quieto es probable que te mees encima y eso no está nada bien.
1 comentario:
jaaaaaaa.
Bien, bien.
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