Me rodeé de unos cuantos buenos y el resto se quedó en la puerta, esperando, y luego se fueron (se irían, digo yo... espera, que voy a mirar; sí, se han ido, o se fueron; se han ido yendo o se fueron de una vez todos. Ya no están, eso seguro). Al cabo de los años llegaron ellas. Alguna se quedó, otras se fueron, otras las "fui", alguna otra es como el ajo, y vuelve, toca al timbre, espera y al rato se va.
Yo soy el que siempre está, aunque a veces sea sólo un poco, pero siempre algo.
1 comentario:
Y no te vayas, hasta que "te vayamos".
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