Justicia espacial
Lo agarramos entre tres y lo tiramos por la escotilla. No fue un acto de violencia gratuita sino pura justicia. Nuestra justicia. Luego nos quedamos mirando su trayectoria hacia el infinito. El aire de su traje espacial le permitiría aguantar un par de horas. Tiempo suficiente para pensar en las consecuencias que tienen ciertas acciones. ¿Lo merecía? Quizá no, pero aquí las leyes no son algo inflexible, van y vienen según se van necesitando. Decidimos que sobraba y no hubo apelación posible. Lloró, claro, y suplicó, pero qué iba a hacer. Nosotros somos más. Saqué la cámara de fotos e inmortalicé el momento. El hijo de puta hacía una estampa preciosa. Al fondo las estrellas, Marte a su derecha rojo e iluminado por el sol que a nuestras espaldas parecía disfrutar con el momento igual que nosotros.
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6 comentarios:
Hostia.
Éste es el final de Lost, fijo.
Jajaja, pues no estaría mal, jaja.
[Previously, on Lost]
¿Y quién es el que flota en el espacio?
Yo diría que Jack Shepard, por guay. O la rubia pija, por pesá.
Pero... y después?
Conforme el cuerpo, cada vez más desdibujado, se va alejando camino de Orión, el plano se abre y aparece, débilmente iluminada por el sol, la deteriorada cubierta exterior de la nave. Hay algo que se mueve sobre ella. Es el padre de Locke (que no habría aparecido desde la temporada 27): está enganchado con las uñas un plumón y una botella de oxígeno de las de bucear, y en la mano derecha lleva una llave de Allen.
Quién sigue?
Ahora tocaría un flash back en el que el padre de Locke de joven. Está en una entrevista de trabajo para trabajar en IKEA. Después de unas duras pruebas consigue el trabajo y después de muchos años es ascendido a Gran Maestro IKEA. Con sus conocimientos podría cambiar el mundo tal y como lo conocemos.
Tiempo actual
El padre de Locke agarra su llave allen y con una sonrisa a lo jamesbond se desmonta la nave en dos minutos y la vuelve a montar cambiando algunas piezas de sitio para dar forma a...
... no se sabe, porque en ese momento llega Hugo, balanceándose a un lado y a otro de su cuerpo, que no ha adelgazado un gramo después de las 27 temporadas en la isla comiendo papayas (yo vi un jabalí el otro día corriendo por el Pardo y me acordé de los jabalíes de Lost que, por cierto, ¿dónde están?), y cambia el plano y sólo se ven los rizos de Hugo, los izquierdos y los derechos, el padre de Locke lo mira asustado, en plan me han pillado y voy a disimular, y el otro le dice: "Eh, tío, ¿jugamos al golf con tu llave allen?". Y el padre de Locke: "¿qué llave allen?", escondiéndola detrás. Y yo, preguntándole a Miguel al otro lado de la almohada: "¿qué es una llave allen?".
Entonces Miguel responde:
Una llave Allen es una herramienta usada para atornillar/desatornillar tornillos, que tienen una cabeza hexagonal interior. En comparación con un tornillo philips aguanta momentos mayores.
La llave Allen era originalmente una marca registrada de Allen Manufacturing Company en Hartford, Connecticut en 1943.
Pero ya en 1936 la companía Bauer & Schaurte Karcher in Neuss, Alemania, inventó ese sistema. Por eso ese sistema se conoce en muchas partes del Mundo como Inbus (Innensechskantschraube Bauer und Schaurte). Esta empresa lo patentó en Alemania y los Países Bajos.
Normalmente es usado para tornillos prisioneros.
Algunas características de este tipo de llave son:
* Diseño simple, pequeño y ligero.
* Las superficies de contacto del tornillo (internas) están protegidas de daños externos.
* Puede usarse con destornilladores o llaves sin cabeza (ayudándose con una llave fija por ejemplo).
* El tornillo puede introducirse en su ranura usando directamente el destornillador (acoplan perfectamente).
* Hay seis superficies de contacto entre el tornillo y el destornillador.
* El par se reparte por toda la llave.
* Se puede usar con tornillos muy pequeños.
* La fabricación de llaves Allen es muy simple, así que en muchas ocasiones se incluye una junto con los tornillos.
Lara se queda boquiabierta en su lado de la almohada. A miles de años luz, Hugo y Locke Senior están tarifando. Hugo utiliza su gran masa lanzar al viejo al otro lado de la galaxia, pero el viejo lleva sin cortarse las uñas por lo menos seis meses y las tiene más de medio metro clavadas en el fuselaje. Hugo, como no da para más, pasa del tema y determina con resolución acabarse la bolsa de conguitos abierta que guarda desde los quince años en el cuarto pliegue de su monumental barriga.
Locke Senior, sorprendido de lo fácil que ha sido deshacerse del gordo, sigue con lo suyo pero le da un ataque de alzheimer y se le olvida por qué está allí, quién es el presidente de Zambia y cuánto son dos más tres.
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