Ante todo:
No he escrito porque no he estado.
Ahora estoy pero en breve no estaré.
Con ires y venires poco se puede hacer.
Hasta las palabras se encogen.
También las frases.
No estaré, decía.
Me voy para venir, eso sí.
Nadie te ha pedido explicaciones. No debería darlas, pues. Están de más. Sobran. Como éstas mis redundancias.
Ya, pero las doy.
Me da la gana.
Habrá quien se sorprenda al no ver al pesao de los lapos.
Quizá me piensen muerto, o algo peor.
No creo.
¿Eso es todo?
Sí. No... bueno.
Qué.
Nada realmente. Es todo.
Ah.
Pues hola y adiós.
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