El niño freak

Con cinco años y esa barba de profesor Bacterio adónde crees que vas, niño. No has visto que estás fuera de lugar. Nadie te respeta y tú insistes en lucir tu barba, como un premio, un don divino que sólo tú tienes. Te crees algo y te tomas las burlas como alabanzas. Date cuenta. Estás haciendo el ridículo con esa barba doblemente anacrónica: ni se lleva ahora ni se lleva con tu edad, niño. Aféitate. Cercénala. Castra ese colgajo que no te hace mayor como tú crees. En un niño una barba así no te hace mayor, te hace un freak. No ves que sólo sirve para atraer a miles de afilados dedos índices. Y tú sigues siendo feliz. Inconsciente. Tú y tu barba, niño, adónde vais.

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