Entrevista publicada en el número de octubre de 2009 de la revista especializada "LiterHartura".
Marco Salieri se presenta a la entrevista en chándal. No es que hubieramos concretado otro tipo de vestimenta para nuestro encuentro, pero en el Café Gijón la gente no deja de mirarnos, y no sin cierto desprecio. Para evitar esta incomodidad, me siento de cara a la pared y dejo al entrevistado frente al resto de clientes. Por su gesto relajado e indiferente no parece importarle demasiado lo que piense el resto de la concurrencia. Cuando llega el camarero, pide un café, un zumo de naranja, dos cruasanes plancha, tostadas con tomate y un mollete de jamón y queso.
JM: Bien, señor Salieri...
MS: Llámeme Marco, si no le importa.
JM: Bien, Marco. En primer lugar me gustaría agradecerle que haya accedido a entrevistarse conmigo. Sabemos que no le gustan estos encuentros.
MS: Cierto. Pero bueno, mi editorial me ha dado un ultimátum y no he podido negarme.
JM: Ah, humm, bien. En fin. El motivo de la entrevista, como ya sabrá, es hablar de una de sus últimas creaciones, que ha traído consigo bastante polémica, porque...
MS: Lapos.
JM: ¿Decía?
MS: Lapos, que son lapos, lo que usted ha llamado creaciones literarias tiene un nombre: lapos, lapos mentales.
JM: Sí sí, claro. Eso... lapos. Disculpe, no quería faltarle...
MS: Pues si no quiere, no lo haga. Y vayamos al grano, que tengo que ir a comprar el pan: quiere usted hablar de La reliquia, supongo.
JM: Efectivamente. Como sabe ha suscitado muchas críticas, tanto en el mundo de la literatura como en otros sectores. La Asociación Española de Anticuarios ha enviado a los medios un comunicado en el que expresa su indignación, leo textualmente, "tanto por el cliché que es el personaje protagonista como por presentarlo como un estafador". ¿Qué piensa de esta acusación?
MS: Son chorradas. Claro que es un cliché y claro que es un estafador. Pero eso no significa que todos los anticuarios sean unos estafadores. Además, es ficción. La ficción, y me siento bastante ridículo al tener que realizar esta afirmación tan obvia, no es realidad. Si un anticuario escribiera sobre un escritor asesino jamás se me ocurriría decirle que se retractara de sus palabras ni nada parecido. Son chorradas, insisto.
JM: Entonces puedo afirmar, si no le he entendido mal, que usted no tiene nada en contra del gremio de anticuarios.
MS: Pues no, nada en contra. Aunque después de leer su comunicado podría tener alguna razón para tenerles cierta inquina. Pero vamos, que no voy a perder ni un segundo con ese tema. Hay mucha gente en el mundo que merece ser odiada y por buenas razones.
JM: Como por ejemplo...
MS: Los periodistas.
JM: Bien. Cambiemos de tema. La denuncia de Sony...
MS: Eso lo lleva mi abogado y me ha dicho que no comente nada al respecto...
JM: Pero usted afirma en su... lapo que la empresa cerrará...
MS: Como le he dicho, no voy a hablar del tema. Si acaso volver a recordarle que es ficción, sólo ficción.
JM: Teme llegar a juicio...
MS: Déjelo.
JM: Vale. Por último quería referirme a las críticas estrictamente literarias. Se le ha tachado de redundante por el comienzo del lapo: "En la centenaria tienda de antigüedades el anciano quitaba el polvo que cubría las vetustas reliquias." Quería usted decir que el sitio es viejo y redunda con 'centenaria', 'antigüedades', 'anciano', 'vetustas' y 'reliquias'.
MS: Efectivamente, redundo.
JM: Bueno, algunos críticos señalan que quizá es excesivo...
MS: Efectivamene, es excesivo.
JM: Entonces lo hizo así a sabiendas.
MS: Sip.
JM: Tiene entonces algo que decirle a sus detractores.
MS: No, bueno, sí. Que si no les gusta lo que escribo, que no lo lean, y todos tan contentos.
JM: Precisamente por este tipo de reacciones suyas se dice que es una persona que lleva mal las críticas. ¿Es cierto?
MS: Claro. Las malas no me gustan. A nadie, supongo. Si yo le digo a usted que está haciendo una entrevista de mierda quizá tampoco se lo tome bien.
JM: Claro, pero...
MS: Pues eso. Y le voy a ir dejando ya, que tengo mucho que hacer.
JM: Ah, bien, pues gracias de nuevo, y hasta otra.
MS: A usted por el desayuno.
Salieri se levanta y sale con paso ligero del café. En la mesa queda medio café, el zumo de naranja, un cruasán sin tocar, las tostadas y el mollete de jamón y queso. Pido la cuenta mientras me como el mollete abandonado por el escritor.
3 comentarios:
la vida misma, ¿no???
En un mundo para-lelo. :)
El seudónimo de Marco Salieri... ¿es un homenaje al director/productor de porno italiano o es usted mismo en persona? xDDD, por cierto...lapazos amobos, este y el de la reliquia, congratulations!
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