Se abrió la tierra bajo nuestros pies y caímos al vacío, durante tanto tiempo que para mí que llegamos al centro del planeta. ¿En serio? Totalmente. Pero allí no hacía calor, ni vimos la lava moviéndose, esa masa de metal derretido, el nife, como nos decían en el cole. Ni de lejos. Tan sólo nos encontramos con un señor que vendía Biblias a medida (si la quiere usted sin Apocalipsis, yo se la vendo) acompañado por un perro que ladraba en inglés (¡woof!).
2 comentarios:
Creía haber entendido la historia.
Hasta que ladró el perro inglés y me confundí.
Pero si es muy fácil... mira... hum, no sé..., cuando lo escribí tenía sentido...
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