Era inevitable. Por muy poco que escribiera, más tarde o más temprano iba a llegar el lapo número 1.000. Todavía tiene margen. Todavía puede respirar tranquilo. Una treintena de lapos tendrán que salir antes de que el lapo número 1.000 sea lanzado a este mundo. El lapo mil, el mil, el número más redondo lapeado desde que el lapo número 100 (qué tiempos) tomara forma (amorfa). Me pregunto si será este lapo especial o será uno más (será uno más porque si fuera uno menos sería el 999; es una obviedad pero he tenido que decirlo), del montón, despreciable, suprimible, etc.
Si esto fuera una empresa publicitaria a estas alturas tendríamos que empezar una campaña de lanzamiento para el lapo mental número 1.000: carteles en las calles, anuncios en la tele, radio, internet... un grupo de facebook (El lapo mental 1.000 ya casi está aquí), una cuenta de twitter (@lapomental1000) y hasta unas camisetas con mil pequeños lapos manchándola, artísticamente, claro. Como no lo es, como simplemente es un blog y no tiene más trascendencia que una nube perdida sobre el Sáhara (por ponernos poéticos), simplemente diré que SE ACERCA EL LAPO NÚMERO 1.000. Y ya.
2 comentarios:
breve es la vida y más breves son sus excrecencias
Pues tendrá poco eco en los medios, pero a mi me han entrado nervios y todo.
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