el fin de una era

cuando me dispuse a terminar mi tercera década como animal pensante descendiente del mono darwiniano no pensé que el trámite final fuese tan tan tan tan chungo. primero te sube el colesterol, luego te sale barriga o, en mi caso, se acentúa la existente hasta hacerse perenne (da igual que adelgaces, sigue ahí), y lo último y más desagradable: el estómago se resiente de tantos años de malos tratos y cualquier cosa que comes tiene efectos puteantes inmediatos. ahora, apenas rozando la treintena, he de limitar mi alimentación a la ingesta de productos "sanos", inocuos para mi estómago pero del todo deprimentes. hoy tomé un culín de pacharán y ya me estoy arrepintiendo... arg.

No hay comentarios: