Picor (X)

Agarré el pomo de la puerta con unas manos que no eran mías. Fue lo primero que sentí real, un recuerdo cercano que ya daba por perdido, el frío metal contra la piel fría y húmeda. La puerta estaba cerrada. Me sentí contrariado, torpe. Todavía no era yo. Al poco comprendí lo estúpido de la situación. Era normal y lógico que la puerta estuviera cerrada. Era de noche. La calle estaba vacía, como el cementerio dejado atrás. Ella dormiría. Tardé horas en despertar, en recordar, en recordarme. Luego había rascado, había golpeado, arañado, ¿gritado? No, gritado no. Mi voz seguía muerta, la garganta reseca, tenía tierra húmeda en el pelo, en la ropa que no recordaba mía, en la boca anquilosada. Había caminado después de recordar cómo hacerlo, después de caer, de querer llorar, de seguir recordando. Entonces volvió el odio y busqué la casa como el perro perdido que siempre encuentra el camino de vuelta. Caminé lo que me pareció una eternidad. Recordé la sala de espera, la escalera rota, mi turno. Rompí el cristal de la ventana con aquella mano medio muerta y conseguí entrar. Era el salón. Había flores en una mesa, vasos medio llenos de licor, restos de una fiesta, quizá de la mía, de mi despedida. Tras un momento de duda, me arrastré hacia el dormitorio.

4 comentarios:

Lara dijo...

Vas a tener que enviar esto a algún concurso o algo para hacerte millonario, nene. Besos!!!

Lara dijo...

Me refiero a todos los picores.

Lara dijo...

Pero mejor si cambias el título, je.

MSalieri dijo...

Ya... :) estoy entre "Ladillas", "A ver si acaba de una vez" o "Pa habernos matao", pero es que le he cogío cariño a "Picor"... :D