Silencios

Despertar y mantener el silencio. Como monje curtido en el voto, callar y callar. Hay razones, las hay, pero es difícil explicar a un niño por qué ha de estar en silencio. ¿Qué es el silencio para un niño? Quizá no sea nada. Un concepto imposible, si acaso. Pero hay que guardar silencio como quien guarda una virginidad celosamente, más por miedo a la represalia que por un deseo real de protegerla. Niño, calla, que tu padre está durmiendo, que anoche llegó muy tarde. La tele flojita, casi no se oye, mamá. Y hay un hermano. El silencio entonces es pura utopía. Hay gritos, peleas, carreras. ¿Silencio? ¡Niños, callad, que vuestro padre se va a despertar! Los niños todavía no lo saben pero es ella la que lo pasa peor. El padre se despertará enfadado, seguro. Con ella, por no conseguir el silencio deseado. Con ellos, por ser niños. Será un día tenso, de miradas cruzadas y silencios. Silencios de los otros. Será un mal día.

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