Historia de una patada
No sé, estoy confuso. No soy un hombre inteligente. Mi herencia genética es pobre y me cuesta hilar pensamientos y razonar con ellos. A veces lo intento pero pocas veces llego a conclusiones fundamentadas. El otro día me puse a ello y la cosa acabó muy mal. Hay tantas cosas que no entiendo... Cuando paseo pruebo. Es donde mejor pienso y aprovecho para entender el mundo que me rodea. La otra noche estaba en ello cuando se cruzó aquel periodista. No fue culpa suya. Yo ni siquiera sabía quién era. No suelo ver la televisión a no ser que haya fútbol o algún programa de zapping o bromas de esas que tanto me gustan. Yo pensaba en ese momento, y es mal momento para cruzarse conmigo, lo admito. A ver si me acuerdo: pensaba en el lío de Tiger Woods, en Raúl en el banquillo, en los crucifijos de las escuelas, en el curioso color rosa de los billetes de metro, en cómo será estar dentro de un acelerador de partículas y en el origen misterioso del telexto de la tele. No sé qué me pasó. Me bloqueé, quizá. Algo en mi cabeza se recalentó, se saturó, no pudo más, y no sé cómo ni por qué, le solté un patadón al tío ese, tan fuerte que hasta sentí sus costillas quebrarse contra mi pierna. Y me arrepiento. Porque es culpa mía, por intentar hacer algo para lo que no estoy preparado, porque, ahora lo sé, pensar es realmente peligroso; sobre todo si lo hago yo.
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2 comentarios:
Jajajaja, pero habias visto el programa de Wyoming antes o no? xDD, menudo patadon... tuvo que ser cuanto menos espectacular ver volar al hombre... como se le va a la gente
Qué va, no lo vi. Me he enterao ya después de todo el lío, jejeje.
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