"Me llaman polémico y no lo entiendo. Nunca antes he hablado de este tema pero creo que ha llegado el momento de poner las cosas en su sitio. Me presentan como polémico escritor, como polémico pensador, como polémico polemista, incluso. ¡Válgame! Valientes imbéciles todos, digo y reitero si es necesario (sálvense de esta afirmación los lectores inteligentes y algún periodista crítico, aunque lamentablemente no abunden ni los unos ni los otros). Yo no polemizo. Digo las cosas como son, cosa que a los pusilánimes, blandos de alma y escasos de mente, les pica y se defienden tildándome de polémico, como si hablara con palabras huecas o con el único afán de animar las tertulias radiofónicas y de cafetería. Ahora que, si quitarme la etiqueta de polémico va a significar engrosar las listas del bando pusilánime, no sólo acepto ser polémico sino que me presento candidato para el puesto de Santo Patrón de los Polémicos y me pongo a repartir milagros y polémicas a troche y moche hasta el fin de los tiempos.
"Puestos los puntos sobre las íes, reitero mi saludo a los lectores que han pedido mi vuelta a la revista con alguna que otra carta o correo electrónico. La semana que viene quizá hable de mi último estudio sobre canción lírica, en sentido estricto, esto es, tocada con lira, como causa primordial del desmadre sexual de la sociedad griega antigua y la occidental actual."
Artículo finalmente NO publicado por la revista "Reflexiones Cristianas" y causa del despido definitivo de su autor, Marco Salieri, del equipo de colaboradores habituales de este medio.
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