Première

Sobre el escenario un hombre con una sierra mecánica Hud-son modelo Oscar de 18 pulgadas, roja. Viste, el hombre, una falda escocesa y una camiseta del Rayo Vallecano. Sujeta la sierra con la mano derecha y lentamente lleva el dedo índice de la izquierda al botón de encendido. Al momento, las cuchillas de la sierra empiezan a moverse y un ruido ensordecedor llena la sala. Algunos entre el público se levantan de sus asientos y se van. El resto mira fijamente al hombre de la sierra y espera. Un señor calvo se ha quedado dormido en la tercera fila. El hombre del escenario deja la sierra mecánica encendida sobre una especia de portasierrasmecánicas que hay a su lado y se quita la camiseta. Su pecho queda al descubierto. Tiene algunos pelillos y una cicatriz de cuando le quitaron el apéndice. Diez o quince personas se levantan y se van. Quedan otras tantas y el hombre dormido, que sigue dormido. El hombre del escenario vuelve a coger la sierra mecánica y se la lleva a la pierna. El ruido se hace más desagradable cuando la sierra amputa la pierna izquierda del hombre. La sangre salpica en todas direcciones y el hombre se mantiene a pata coja mientras grita de dolor. Sus gritos se mezclan con los del público que se va corriendo a excepción de tres personas y del señor dormido. Los tres supervivientes aplauden enfervorecidamente. El hombre agradece con gestos el aplauso de sus tres fieles seguidores, que resultan ser su madre, su padre y su hermano pequeño. El hombre dormido resulta estar muerto.

No hay comentarios: