Algunas personas dirían, dicen, que soy maniático. Yo prefiero considerarme un ser coherente, serio, estable y con las ideas claras. No soy de los que revisan diez veces si se han dejado abierto el gas antes de salir de casa. Yo sólo lo miro una vez, y con una vez es más que suficiente. Soy ordenado. Esto me evita muchos inconvenientes. El desorden conlleva una pérdida de tiempo extra que no estoy dispuesto a perder. Para qué buscar algo si sabes donde está. Me gusta que todo esté limpio. Eso no significa que vaya detrás de cada mota de polvo con el aspirador como imaginan algunos de mis amigos. No soy un obseso de la limpieza, es lo que quiero decir.
Cuando mantengo una conversación prefiero escuchar. La gente suele decir que no me gusta hablar. En esto se equivocan. Lo que sucede es que no tengo nada que decir, o lo que quiero decir ya ha sido dicho, o simplemente no creo que diciendo lo que pienso vaya a aportar nada a la conversación. Además, me parece mucho más gratificante prestar atención a lo que dicen los demás. Esto me permite analizar mejor a los demás. Es una costumbre que lleva conmigo mucho tiempo y hasta ahora me ha ido muy bien. Dicen que pienso demasiado antes de hablar. Puede ser, pero no puedo evitar pensar que eso es lo verdaderamente importante. Pensar bien antes de hablar para que cuando se hable lo dicho pese.
Aplico mi orden a todos los aspectos de mi vida. Mantengo una disciplina en cuanto a la alimentación y al estado físico. Eso no significa que cuando viajo o quedo con mis amigos tenga que seguir una dieta estricta que me impida integrarme correctamente en sociedad. Puedo, sin histerias, comer más de lo habitual, a deshoras, o estar un día o dos sin realizar mis tablas gimnásticas programadas. Mis amigos a veces se burlan pero en realidad, y esto lo he pensado en profundidad, sus risas ocultan una clara envidia por mi perfecto estado de salud y mi forma física.
El tiempo libre lo dedico principalmente al estudio de las mariposas (tengo una colección de más de 300 especies, todas capturadas por mí), al ejercicio, y, ocasionalmente, no me disguta perder unas horas viendo algún clásico del cine.
Sobre el aspecto emocional de mi vida, y creo que entiende a qué me refiero, en fin, prefiero no hablar. No soy persona de exteriorizar mis intimidades ni confesar mis relaciones amorosas. Tan sólo matizar que soy un hombre que respeta a la mujer, que la complace en todo lo posible dentro de la decencia, tan denostada en estos tiempos, y que estoy preparado para tener una relación seria, dentro del matrimonio, claro está, y sin estridencias.
Me gustaría dejarle claro, si finalmente decide que quiere conocerme, que no dude en preguntarme a través de la agencia, cualquier duda acerca de mi persona, gustos y lo que usted considere oportuno.
Espero su pronto contacto.
Un saludo cordial.
Ficha 156,546.
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