Pide un deseo

Las fiestas de cumpleaños en la Luna son como las que se montan en cualquier satélite: hay música, alcohol, tarta y siempre algún desfasado acaba potando donde no debe. En esta fiesta el cumpleañero se llama Hukh y está harto de la fiesta. Él no la organizó. Fue sorpresa. Si hubiese sido por él ahora estaría durmiendo en lugar de estar aguantando a uno que le está comiendo la antena con rayadas varias.

-Mira, tío, ya sé que hay que estar al día y que si quieres que te inviten a todas las fiestas tienes que decir Mar de la Tranquilidad y no Juktu Jah, porque es lo que se lleva, porque los humanos así lo llaman y ellos imponen la moda, pero no es de recibo que porque yo quiera seguir llamándolo como nuestros antepasados lo bautizaron tenga que ir pidiendo perdón a todo el mundo porque "no soy moderno". ¡Qué les den! Al final nos pasará como a los españoles (sabes, los de los toreros y el flamenco), que acabaron llamando a su Armada la Invencible como si ese fuera su nombre cuando no fue más que un apodo irónico puesto por los ingleses (los de la caza del zorro que conducen por la izquierda) para reírse de sus enemigos... ¿Entiendes lo que quiero decir?

Han venido todos sus amigos. Incluso ha creído ver a un par que ya no lo son pero que algún amigo poco actualizado se han encargado de traer. Su copa está a punto de acabarse. El brasas sigue con su perorata infumable, pero mejor estar ahí que al otro lado de la sala. Allí está su ex con la que oficialmente se lleva bien, su novio minero (sí, es minero, hasta en eso es chic) y unas amigas que se han atado las antenas para parecer aristócratas exiladas. A veces le miran y sonríen. No sabe si es que se ríen de él o que están planeando liarlo con alguna. El otro sigue con lo suyo.

-Como lo de Cara Oculta. ¿Oculta para quién? Porque para nosotros no está oculta. Siempre ha sido el Lado Oscuro pero si lo llamas así se ríen porque creen que estás hablando de Star Wars. ¿No es indignante?

Lo deja con la pregunta en el aire y tras esquivar otra conversación y rechazar dos ofertas de sexo puntual planteadas más por compromiso que por deseo real, sale a la terraza. La Tierra, Ilk, la fuente principal de diversión para los uktas, sigue su curso en el cielo y tras contemplarla unos segundos sólo se le ocurre que vista así bien parece un pedo ukta flotando en el espacio.

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