Dos hormigas se fuman un canuto trompetero mientras contemplan el atardecer desde lo alto de la W del famoso cartel de Hollywood:
Hormiga 1, tras una calada: ¿Has visto el efecto de la luz del sol sobre la ciudad? Es increíble. Todo queda envuelto por un manto anaranjado, irreal... La ciudad se apaga, ¿verdad? Pronto las miles de luces la salvarán de ser engullida por la oscuridad de la noche.
Hormiga 2, cogiendo el peta: Estás hecho un poeta. Yo sólo veo gente sucia después de un duro día de trabajo que quiere volver a casa, darse una ducha y meterse en la cama para soñar con lo que no tiene hasta que todo vuelva a comenzar al día siguiente, sin esperanzas reales, sin tiempo para ver cómo la ciudad se mancha de naranja antes de pintarrajearse para una noche de neón e insomnio.
Hormiga 1, que se atasca con el mechero: Visto así... tenemos suerte de ser simples hormigas, hermano.
Hormiga 2, que se levanta: Creo que no te das cuenta, porque en el fondo no somos tan distin... ¡Mira, tío, una mosca muerta!, ayúdame a cogerla y la llevamos a casa.
Hormiga 1, que tira el canuto: ¡Puuuta madre, genial, tío, dale!
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