Silencios

En un salón, suena una melodía, algo de jazz, con origen el otro lado de la casa. Él está sentado en un sillón. Se mira las manos. Ella está tumbada en el sofá. Lo mira a él.

Ella, en silencio: Deberíamos hablar pero es tan difícil. Míralo, ahí, está pálido. Seguro que está pensando en lo que pasó ayer. Discutimos. Nos dijimos cosas horribles. Me pasé, y el también, y ahora no sabemos cómo romper este silencio. Pero es que a veces me mira como si... no sé, como si estuviera harto, y creo que se está cansando de mí. Se lo dije ayer y me gritó que si es que estaba loca... pero yo sé que tengo razón. En esos momentos me dan ganas de mandarlo todo a la mierda. Pero ahora... ahora me gustaría cogerle la mano y decirle que no pasa nada, que todo está bien, que estaremos siempre juntos, que no tiene que dudar de mí ni de mis sentimientos... que entiendo que dude, pero que seré paciente, que intentaré cambiar, que lo aceptaré tal y como es...

Él, en silencio: Creo que tengo las manos pequeñas en proporción a mi cuerpo. Me ha sentado mal la comida. Si me tiro un pedo ahora rompo el sillón, jeje. Me voy a cagar.

Él se levanta bruscamente y se va hacia el baño.

Ella, en silencio: Lo sabía. No soporta estar conmigo. Esto se acabó.

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