Dedicado

Él salió de casa con lo puesto. Ella siguió gritándole durante unos segundos más aun sabiendo que ya no la podía oír, que ya estaría en el ascensor. Se secó las lágrimas y corrió a la estantería. Recorrió los libros a medias con los dedos, a medias con la memoria, hasta que dio con el que buscaba. Se asomó a la ventana. Él salía del portal camino del coche. El libro rebotó en el capó y cayó a los pies del hombre, que miró hacia la ventana antes de coger El amor en los tiempos del cólera y abrirlo por donde años atrás escribiera aquel “Te querré para siempre, J.”

2 comentarios:

Vis dijo...

Todos lo hemos dicho alguna vez "para siempre". Eso es lo que tiene estar enamorado que a veces, te hace decir cosas que deberían ser sólo nuestras.

Me gusta la originalidad de tu título!

Saluditos!

MSalieri dijo...

;) Gracias.

Resaludos.