En el pozo
En lo más hondo del pozo, ahogado por la oscuridad húmeda y antigua que le rodeaba, el chico hundió las manos en el lodo. Al poco encontró lo que buscaba y lo agarró con firmeza, como si fuera posible que se le escapara de las manos si no le prestaba la debida atención. Tiró de la cuerda como habían acordado y al momento sintió la fuerza que a tirones lo izó hasta el exterior. Dámelo, le dijo el hombre, que aún resoplaba por el esfuerzo, sabes que es mío por derecho, y le enseñó la palma de la mano en un gesto a partes iguales paciente y amenazante. El chico apretó el objeto, todavía resbaloso por el lodo, y alzó la mano hacia el hombre. Toma, le dijo, y con un movimiento certero lo arrojó al pozo en el que había estado durante tantos años, cógelo si tanto lo quieres, y corrió hacia el bosque sin saber si volvería a salir de él.
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2 comentarios:
Lost
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mucho)
El niño, pongamos, es Locke de shico, y el hombre, su hijo, aunque sólo el pozo sabe de esta relación imposible. Le gustaría decir algo, llevarlos al Diario de Patricia para lloraran y tal, pero, como todo el mundo sabe, los pozos no sabrán hablar hasta el año 2647.
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