Un murmullo que viene de la nada. Al principio es incluso menos que eso. Un soplido asmático inhumano. Poco a poco gana en presencia (puede que porque le presto más atención, porque giro la cabeza para oírlo mejor). En la base, unos graves inseguros, reconozco, que se entremezclan sin demasiada originalidad; en lo alto, una nota aguda que va y viene, parkinsónica y persistente. Al poco ataca un bufido totalmente fuera de lugar y comienza el segundo movimiento. En este los graves desaparecen. Todo son medios, con más aire desbocado que armonías al uso, monótono, ciego de expresión. Cuando parece que va a llegar un tercer movimiento, se hace el silencio. Entonces espero una sorpresa, una coda oculta, amarrada hasta que alguien la deje salir en un último momento creativo, pero no es así. Se acabó. La lavadora terminó su concierto de hoy.
Aplausos sin bis.
1 comentario:
Mas vas a aplaudir el día que se caiga la lámpara.
jeje
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