Reino de Flandes
Multiestadio Duque de Alba
Como en cada Mundial llega la discusión sobre el balón. No ha habido torneo en el que los porteros, jugadores y entrenadores no digan algo negativo sobre el balón elegido para jugar la competición. Y en esta ocasión no íbamos a ser menos. La razón, esta vez, no es su ligereza, la reacción ante el golpeo, el color o la rugosidad de su superficie. Esta vez la discusión apunta a su composición subatómica.
En efecto, la conocida marca AdIke ha dado un paso más en la tecnología utilizada a la hora de diseñar y fabricar el balón del Mundial con el objetivo de conseguir el cuero perfecto, ha hecho una gran inversión y ha puesto en ello a sus mejores científicos, y a pesar de todo ello, ha presentado un balón que no ha gustado a nadie. Las razones son múltiples y podrían llevar a la elección de un balón alternativo. AdIke está tratando de defender su creación pero tiene a todo el mundo en contra.
La FIFA ha presentado varias pruebas holográficas que demuestran que el balón puede llegar a ser "peligroso para los jugadores, incluso para el público". En las imágenes adjuntas se puede ver cómo en el amistoso de preparación entre Corea y España, el balón, tras ser lanzado desde la portería hacia el centro del campo, se desvaneció por completo. Tras unos minutos de caos, se decidió continuar con un segundo balón. A los veinte minutos, el balón original volvió a materializarse dentro de la portería coreana. AdIke explica que las modificaciones cuánticas realizadas en los balones para mejorar su rendimiento han provocado que si se dan ciertas condiciones, el balón pueda dar "pequeños saltos en el espacio-tiempo", algo que la FIFA señala como "un inconveniente insalvable a la hora de practicar este deporte". En otro corte holovisivo, esta vez en un entrenamiento de la selección cubana, se puede ver cómo el balón atraviesa la pierna del jugador González emulando el efecto de una bala de cañón. AdIke ha pedido perdón a González y a su familia por el efecto de su balón defectuoso y ha explicado que ha sido algo puntual, un "aumento incomprensible de la masa del balón que todavía estamos estudiando".
Estos y otros inconvenientes han dejado en suspenso la celebración del partido inaugural de este Mundial, a la espera de que la FIFA rompa su contrato con AdIke y decida con qué balón se van a jugar los partidos.
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