Atención al Ateo

Colgó el teléfono con suma delicadeza y miró al grupo que esperaba los detalles de su consulta. Esperó unos segundos, demasiados para María, que le acució con un "¿y bien?".
Y bien, dijo. Y mal, pensó. Tomó aire e intentó resumir lo mejor posible aquel caos.
-Veréis, resulta que en un principio fue el Verbo.
-¿El Verbo? -inquirieron los demás al unísono.
-Sí, el Verbo. Luego en siete días Dios hizo el universo.
-¡¿En siete días?! -se sorprendieron con razón.
-Sí, en siete. Bueno, en realidad en seis porque el séptimo descansó. Y luego, de una pareja, Adán y Eva, creo, salimos todos. Y hasta ahora.
-Vaya.-Se hizo el silencio en la habitación. Hubo muchas gestos de decepción. Uno se levantó y comenzó a pasear nervioso de un lado para otro. De pronto se detuvo y se dirigió al líder.
-¿Seguro que lo que cuentas es verdad?
-Seguro. Me lo ha confirmado el teleoperador. Eso es así y no admite discusión, ha dicho.
-¿Y no podemos reclamar de alguna manera? -el grupo se mostró espectante.
-Me han dado un fax por si queremos transmitir una queja, pero no creo que sirva para mucho.
-Bueno, pero al menos quedará constancia de nuestro desacuerdo.
Hubo algunos murmullos y un chico rubio se levantó para decir algo. Esperó el permiso del líder y habló.
-¿Y te ha dicho cómo acabará todo esto?
-Te refieres al fin de los tiempos, supongo.
-Sí.
-Pues no, no saben, la verdad. Por lo visto nos mandará un e-mail cuando haya algo claro.
-Ok entonces.

1 comentario:

Miguel Marqués dijo...

Jajajaja. Me parto vamos. Entre Beckett y Les Luthiers, hay un punto medio llamado Okram, que además improvisa. Ole :D

Lo que yo decía: antes las gestiones telefónicas eran tan fáciles...