Carta a una madre

"Hola mamá:

Me ha llegado tu paquete, y los compañeros se han puesto muy contentos. He compartido con ellos los dulces y el jersey me está perfecto. Creo que a finales de año se acabará el trabajo aquí y volveré a casa contigo. Sé que me echas de menos. Yo también a ti. Pero no quiero que creas que aquí estoy mal. Me tratan muy bien, y el trabajo está muy bien pagado. Es cierto que tenemos que echar muchas horas porque vamos con muchas prisas. Nos presionan mucho porque todo tiene que ser perfecto. Aquí estoy aprendiendo más que nunca y cuando vuelva a la ciudad creo que podré montar mi propio negocio. Así no necesitarás trabajar más y los hermanos podrán estudiar en una universidad si quieren. Si no, como Herman, que es más como yo, podrán ayudar en el taller y trabajar conmigo. Será increíble poder sacar adelante el proyecto en familia, como querría papá. ¿Cómo estás de tu espalda? La semana que viene te mandaré un dinero para que puedas pagar más sesiones con el fisio.

Bueno, te dejo, te llamo en cuanto pueda.

Un beso.
Tu hijo Elliot."

Carta enviada por un técnico electrónico desde la Estrella de la Muerte un día antes de ser destruida por la Rebelión.

6 comentarios:

Abril Pérez dijo...

¿para que necesita un jersey un soldado imperial si siempre lleva el uniforme de plástico blanco?

MSalieri dijo...

A lo mejor se lo ponen debajo, que aquello tiene pinta de ser muy frío. De todas formas este no era soldado :D

Miguel Marqués dijo...

La Estrella de la Muerte, por si no lo sabías, tiene hasta un call center con 4000 puestos, que sufre los mismos problemas de colapso que las nuestras. Últimamente, la mayor parte de los agentes son jóvenes soldados procedentes de los sistemas exteriores. El trabajo es muy duro: la rígida disciplina militar los obliga a trabajar de uniforme y el pinganillo siempre se les está cayendo. Suerte que les dejan, como a nuestro amigo de la carta, llevar su ropa de paisano bajo la armadura.

Tienen que resolver la monstruosa cantidad de problemas logísticos que se suceden a lo largo, ancho y profundo de la masiva estación espacial: droides médico (los famosos 2-1B que se niegan a administrar un medicamento determinado; lanzaderas que anulan o aplazan sus transfers a los destructores sin avisar (y no devuelven los créditos); compactadores de basuras destrozados por vándalos que funcionan mal y huelen; pelos de wookie en el sumidero general; aire acondicionado y calefacción a todo meter, sin criterio alguno (porque allí, como se sabe, no hay invierno ni verano, y si los hay es porque son provocados).

También tienen 5 minutos de pausa cada hora, en los que los agotados agentes-soldado toman se cuentan chistes de su planeta porque está prohibido fumar en toda la Estrella y el café no saben lo que es.

MSalieri dijo...

De noche, en un local de moda, una pareja que se acaba de conocer charlan animadamente con una copa en la mano:

-¿Y tú a qué te dedicas? -dice la rubia, que acaba de poner al día a su nuevo amigo sobre su trabajo como dependienta en un Starbucks.

-¿Yo? Bueno, yo trabajo en la Estrella de la Muerte.

-¿En serio? Me estás vacilando... no eres el primero que me viene con ese cuento. -La chica pone cara de haber visto mucho listo por ahí pero duda- ¿Y qué es lo que haces allí?

-Bueno, un poco de todo, pero principalmente me encargo de la seguridad del único punto débil de la nave. Si alguien quiere atacar nuestra Estrella, yo me encargo de que nadie pueda llegar y cargársela disparando un rayo láser al agujero que dejaron sin tapar al construirla.

-¡Vaya! Eso sí que es un trabajo emocionante.

-Sí, la verdad, es una gran responsabilidad...

-¿Y hoy quién lo protege si tú estás aquí?

-Ah, hoy, jeje. Bueno, es que verás. La verdad es que nadie en su sano juicio se atrevería a intentar destruir la Estrella así es que bueno, por un día que falte al trabajo no va a pasar nada... ¿no?

Testimonio aportado por Melinda Huch en el juicio del Imperio vs. Carl Garbage por negligencia en sus obligaciones laborales.

Abril Pérez dijo...

Esta historia contada en vivo y con un café ganaria muchisimo mas.

MSalieri dijo...

Sí, jeje, es caldo de monólogo.