Idealistas inconformistas

Cinco bombas en una mañana. No es normal. La media está en dos.

Uno no termina de acostumbrarse a esto... Miento. (Casi hablo como si alguien especialmente sensible que me importara me estuviera leyendo.) Sí que te acostumbras. De hecho, si pasa un día sin su explosión, al irte a la cama notas que te falta algo.

La semana pasada murieron tres personas. Que son pocas para la cantidad de bombas que caen por aquí. Se podría pensar que con tanta explosión habría más bajas, pero no. Casi todas las bombas se quedan en puro ruido, y algún cristal roto. Nunca he creído que el FLPZ tuviera intenciones asesinas. Si miras bien las bombas con muertos, no hay ninguna que pareciera querer llevarse a alguien por delante. Suelen ponerlas en lugares poco transitados, hacerlas explotar muy temprano, o muy tarde. Que con esto no quiero quitarles culpa, ni de lejos...

El Frente de Liberación del Pueblo Zurdo, está claro, es un grupo de niños de papá con pasta y con ideales, que no digo yo que no sean ideales respetables, y con mucho tiempo libre. Hasta ahora solo han detenido a uno de sus miembros y al los cinco minutos estaba confesando todos sus planes. Valientes no son.

Pero son ya tres años con las bombicas, y ya cansa. Nadie que yo conozca, zurdos incluidos, está de acuerdo con la idea que defienden: los zurdos tienen que tener los mismo derechos que los diestros. La IHLC (Igualdad de los Hombres en cuanto a su Lateralidad Cerebral) ha sido uno de los muchos derechos reclamados en el último siglo. Otros muchos se han introducido en la Constitución, unos con más polémica que otros, y con el tiempo se han convertido en indiscutibles. Así, los grupos de defensa de los derechos y libertades han conseguido traernos la igualdad capilar, el derecho al aire limpio, la libertad de gusto culinario, el derecho (ahora fundamental) al suicidio... y otros muchos más. Pero los del FLPZ se están empecinando, y con formas poco respetables, en sacar adelante algo que la mayoría, incluido el pueblo zurdo, no comprende ni desea.

No conozco a ningún zurdo que se sienta discriminado por tener algunos derechos menos que los diestros (o normales). Para empezar, se les permite ser zurdos, cosa que durante el anterior régimen era impensable. Pueden hacer vida normal y comportarse zurdamente si así lo desean. Es legal, completamente legal, ser zurdo. Ahora, la tradición marca unas diferencias y siempre las hemos respetado. Si hubiera un clamor popular por cambiar esta situación entendería que se pidiera un cambio, y que se realizara. Pero no es así.

Y es que no es fácil hacer cambiar a la gente. Supongamos que mañana el Parlamento decide aceptar la IHLC. Sé que es algo difícil de imaginar, pero hagamos un esfuerzo. ¿Creéis que un diestro de toda la vida le daría la mano izquierda a un zurdo a modo de saludo cuando toda su vida ha sido el zurdo el que ha dado la derecha? ¿Querrá un diestro ceder su puesto en la cola de la carnicería a un zurdo que ha llegado antes que él? ¿Querrán las empresas desarrollar aparatos y demás servicios preparados para zurdos en respuesta a sus necesidades? ¿Admitirá el cuerpo de funcionarios del Estado la entrada de zurdos en el servicio público en igualdad de oportunidades a la hora de conseguir plaza fija? Sinceramente, me parece poco probable.

Quizá más adelante, quizá la próxima generación. Pero no esta, esta no.

2 comentarios:

David Yuste dijo...

lo raro es que los zurdos luchen por sus derechos y no por sus izquierdos....

MSalieri dijo...

La vida está llena de incoherencias, amigo.