Fin de la Historia

Hace unos quinientos años la gente pensaba que el desarrollo de la inteligencia artificial conllevaría la subordinación del hombre a la nueva especie cibernética, mucho más inteligente y poderosa que la humana. Como suele pasar en estos casos, la realidad superó a la ficción, a los peores agoreros y a los mejores escritores de ciencia ficción. La especie humana no se convirtió en la esclava del nuevo mundo androide. La especie humana, literalmente, pasó a la historia.

Extracto de una conversación entre dos mandos androides en la Tierra.

"Año 120 D.H., Centro de Mando de la Tierra.

A1K45: 010101010010100010 0101 10101010010101 0101010101010101.
BH454F2: ¿0101010101010101?
A1K45: 1.
BH454F2: ¿0100101?
A1k45: ¡1!
BH454F2: 1..."

Esta fue la última conversación captada por las sondas alienígenas antes de que la nueva especie dominante en la Tierra se desapareciera. Según los técnicos alienígenas, todo se debió a un error en la programación que había quedado implementado en todos los cerebros androides desde la creación del primero de ellos. Ni siquiera ellos habían visto que sus sistemas no estarían preparados para el cambio de siglo. Se le llamó Efecto 3000, en recuerdo del antiguo Efecto 2000. Irónicamente, la especie humana venció a la androide aun después de haber desaparecido.

Cuando los alienígenas comprobaron que sobre la Tierra no había ninguna especie inteligente que se hiciera cargo del Sistema Solar, llegaron con sus naves desde sus lejanos sistemas y se quedaron con el planeta. Fue la conquista planetaria con menos bajas de la historia del universo. Sólo hubo dos muertos, y fue porque a un caza se le gripó el motor unos cientos de metros antes de aterrizar y la tripulación no sobrevivió al accidente.

La nueva especie se hizo pronto con la situación. Lo primero que hizo fue hacer desaparecer cualquier recuerdo de las anteriores civilizaciones. Luego contruyeron sus ciudades, y a vivir.

Cuando los míos llegamos a la Tierra la especie dominante llevaba tanto tiempo viviendo allí que ya ni siquiera recordaba que su origen se encontraba a miles de años luz del Sistema Solar. Para ellos, el planeta azul había sido la cuna de su civilización. Cuando tratamos de explicarles cuán esquivocados estaban se enfadaron y trataron de destruirnos. A nadie le gusta que le saquen los colores, y menos que se les acuse de desmemoriados. Su reacción fue lógica, como lógico era que nosotros no viajáramos desde nuestra galaxia desarmados. La lucha duró lo que tuvo que durar, que no fue mucho, y nos quedamos con todo el Sistema.

Y esta es la historia del planeta Tierra, hasta que nos hartamos.

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