Pedrito, alias, el Despistao

A ver cómo os lo explico que quede bien claro: cuando perdí las manos aprendí en nada a comer con los pies. Así soy yo: una persona que se adapta en un parpadeo a las nuevas situaciones. De pequeño perdí el ojo derecho, que era el que usaba para apuntar con mi tirachinas: a los cinco minutos el izquierdo ya estaba listo para acertar a cualquier blanco. Así de rápido. Visto y no visto. Siendo un adolescente, no tendría los quince todavía, me diagnosticaron sordera. A esas alturas ya no oía, que por eso había ido yo al médico, así es que el resultado de las pruebas no me sorprendió en absoluto. Pero es que perder el oído me dio igual: a la media hora leía los labios como si fuera sordo de nacimiento, y el lenguaje de signos, lo mismo, fluidísimo. ¡Y es que me adapto! ¡Lo que me pongan, me da igual, me adapto! Si ya veis, que estoy escribiendo ahora mismo con un solo pie mientras con el otro bato unos huevos para una tortilla y para mí no es esfuerzo, me sale natural. Que sería mejor que no perdiera tantas cosas... pues no te digo yo que no. Pero bueno, qué se le va a hacer, las cosas vienen como vienen y yo me adapto según llegan.

2 comentarios:

Isabel dijo...

Yo también me adapto.

MSalieri dijo...

Pues ya somos más. Dentro de poco creo que seremos suficientes como para abrir un 'club de adaptantes'.

;)