El hombre que escupe por la ventana

El hombre que escupe por la ventana, aunque habre de él en tercera persona, soy yo. Y no me vengáis ahora con que vosotros jamás nunca en la vida habéis escupido por la ventana. Creo que en este blog ya he hablao de esta fijación mía... rebuscad por entre los lapos, que algo encontraréis, pero no tan sincero, tan directo, como lo expreso aquí y ahora.

Escupir por la ventana es todo un arte. Escupid pensando que sois el jodido Leonardo Di Caprio en Titanic intentando camelarse a la foca Winslet, si queréis, o sintiéndoos como un matón que deja claro con su lapo que esa zona es suya y que como te atrevas a pasar te arranca la cabeza con la chapa oxidada de una lata de La Piara. Lo que queráis. Cada uno tiene su inspiración a la hora de escupir. La mía es darle a alguien que pase por debajo de mi ventana (nota: quizá algún día llegue a ser deporte olímpico y me podráis ver en la tele, lanzando mi lapo desde lo alto de un trampolín de lapos a un calvo homologado por el COI, que tendrá una diana pintada en la chola, también homologada por el COI, y que estará encantado de recibir mi lapo, también homolog... y tal) y todavía no lo he conseguido.

Por contra, esta mañana alguien me ha acertado en to la cara.
Hijodeputa.

(Nota para el futuro: si escupir llega a ser deporte olímpico, eliminar al cipote ese)

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