Mientras el mundo se prepara para su fin (Nota del Cronista de los Últimos Tiempos: el mundo se iba a acabar el miércoles pasado pero ahora resulta que será en diciembre o por ahí, que es cuando harán el superexperimento que nos hará petar a todos. En nombre del CERN, os pido disculpas por el retraso pero ved el lado positivo: al menos nos libraremos de sufrir otra vez las navidades), el señor de los bosones, el tal Higgs, y el señor de la cara torcida, el señor Hawking, se han puesto a tarifar porque uno, el primero, dice que encontrarán sus famosas partículas invisibles gracias al acelerador, mientras que el segundo afirma que ni de coña ya que se las comeran los mini agujeros negros que se crearán fruto del mismo experimento...
Y yo les digo... perdonen, míster Higgs & míster Howking... déjense de mierdas, métanse los bosones y los mini agujeros negros (no sé por qué he pensado de pronto en bollos y mini donuts de chocolate) donde les quepan y disfruten del poco tiempo que les queda de vida, que dentro de unos meses de nada nos iremos todos al carajo, uno detrás de otro, como en la conga, los bosones por delante y los mini agujeros negros por detrás, in the last indian queue of the history, como cuando chapan el pub donde estás porque son las siete, han encendido las luces, han puesto a Rafaella Carrá y hay que salir ordenadamente con la copa trasvasada a un vaso de plástico. ¿Me entienden? Pues eso, a prejubilarse para premorirse en breve.
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